La dirigente etarra poseía decenas de fichas de posibles víctimas

Los etarras Belén González Peñalva, Carmen, y Cipriano Fernández, detenidos el pasado lunes en Pau (Francia), llevaban en su poder decenas de fichas de posibles víctimas de acciones terroristas en Madrid, Cataluña y Andalucía, así como números de matrículas supuestamente pertenecientes a funcionarios de la cárcel de Alcalá-Meco. Por otra parte, Francia entregó ayer al exdirigente de ETA Iñaki Bilbao Beascoetxea, Iñaki de Lemona, acusado de ocho asesinatos cometidos por el comando Goiherri-Costa entre 1982 y 1984.

Belén González y Cipriano Fernández llevaban abundante documentación sobre posibles víctimas de futuros atentados cuando fueron detenidos. Aunque intentaron deshacerse de ella rompiéndola en pedazos y arrojándola por la ventanilla mientras se daban a la fuga, la policía francesa ha conseguido reconstruirla, según informó ayer Vasco Press.El listado más completo de objetivos se refiere a Andalucía, ya que los dos etarras disponían de medio centenar de fichas con datos de políticos, empresarios, militares o policías de dicha comunidad. Se trataba, sin embargo, de información muy superficial, procedente de fuentes públicas y recabada al parecer entre 1997 y 1998, por lo que la policía cree que iba a ser entregada a los comandos para que éstos la confirmaran y ampliasen.

Las fichas estaban distribuidas en sobres, presumiblemente para facilitar su distribución. La documentación incluía datos de matrículas de vehículos que podrían corresponder a funcionarios de la prisión de Alcalá-Meco (Madrid), pues habían sido anotados en las inmediaciones de dicho centro penitenciario.

La policía sospecha que, cuando fueron detenidos, los dos etarras se dirigían a una cita con otros miembros de la organización terrorista. El coche en el que viajaban había sido robado en mayo en Burdeos y llevaba placas falsificadas. Los dos etarras seguían ayer en la comisaría de Pau, aunque se esperaba su inminente traslado a París para comparecer ante la juez antiterrorista Laurent Le Vert.

Por otro lado, ayer fue detenido en Bayona un ciudadano francés, Hebert Larrieu, por su presunta implicación en el robo de ocho toneladas de explosivos realizado por ETA en Bretaña en septiembre.

Ingreso en Valdemoro

Por su parte, el exdirigente de ETA Iñaki Bilbao Beascotxea, Iñaki de Lemona, pasó la noche de ayer en la prisión de Valdemoro (Madrid). El etarra, al que la policía española imputa ocho asesinatos, aunque sólo podrá ser juzgado por los dos por los que se ha concedido su extradición, llegó a las 15.55 horas al aeropuerto de Barajas, en un vuelo regular de la compañía Air France procedente de París.

Al pie de la escalerilla, los agentes franceses entregaron al etarra, que ha cumplido ocho años de cárcel en Francia, a funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía. Iñaki de Lemona, de 40 años, fue conducido a la comisaría del aeropuerto, donde el titular del juzgado de instrucción de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón le comunicó las seis órdenes de busca y captura dictadas contra él y decretó su ingreso en el centro penitenciario de Valdemoro.

El etarra, natural de Lemona (Vizcaya), formó parte del comando Goiherri-Costa, que cometió numerosas acciones terroristas en Guipúzcoa, con un balance de ocho muertos, entre 1982 y 1984. Huido a Francia, se incorporó a la dirección provisional de ETA que sustituyó a la capturada en Bidart (Francia) en marzo de 1992. Por poco tiempo, ya que el 31 de mayo del mismo año resultó detenido en Bayona junto con Rosario Pikabea Ugalde y Bernardo Mella Durán.

El Tribunal Correccional de París le impuso en 1994 ocho años de cárcel por asociación de malhechores. Una vez cumplida dicha pena, ha sido extraditado a España. Desde que ETA declaró la tregua, dos etarras han sido extraditados y otros cinco expulsados por Francia.