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La comedia "Penjats", de Tim Firth, muestra las miserias de cuatro hombres de negocios

Cuatro altos ejecutivos participan en una suerte de gincana que pretende potenciar el trabajo en equipo. En un momento dado interpretan erróneamente las pistas que deben llevarles a un merecido descanso en un hotel de lujo, y acaban en una isla desierta. Así empieza Penjats, la comedia del joven dramaturgo británico Tim Firth que se presenta en el teatro Villarroel hasta mediados de diciembre. Dirigida por Tamzin Townsend e interpretada por Ferran Rañé, Manel Barceló, Pep Anton Muñoz y Santi Ibáñez, la obra es la primera producción propia de la sala barcelonesa.

Fue la propia Tamzin Townsend la que sugirió la posibilidad de presentar en Cataluña la obra de Firth, que se estrenó en Londres en 1994 con gran éxito de crítica y público. "Siempre estoy buscando cosas nuevas, y di con la obra en una librería británica. La leí y me encantó. Es una comedia agridulce, con un final muy duro, y me hizo gracia el hecho de que sus protagonistas fueran cuatro hombres, náufragos no por una desgracia sino por su propia incompetencia". El dramaturgo Jordi Galcerán, que observa grandes paralelismos entre su vida y obra y las de Firth, fue el responsable de la adaptación catalana de la obra. En palabras de la directora, tras pasar por las manos de Galcerán, Penjats "ha dejado de ser una obra británica, está completamente ajustada a la realidad catalana".Tras la anécdota que desencadena la historia se encierra una gran crítica al mundo masculino y de los negocios. "Obligados a permanecer en la isla, los cuatro protagonistas se han quedado sin secretarias y sin mujeres a las que encargar tareas, y toda la energía que tienen la descargan entre sí", explica Townsend. Fuera de su hábitat natural, los cuatro hombres de negocios se muestran incapaces de hallar una solución a su problema "porque no son capaces de comunicarse, no hablan nunca y no saben hacerlo". El tiempo se les va en dirigirse bromas hostiles, que aumentan hasta el límite la tensión provocada por las circunstancias. "Mi intención es que el público se lo pase bien viendo esta obra, que provoca reacciones tardías. La gente sale riendo, y después se da cuenta de que es muy dura", afirma la directora.

Pese a pertenecer a un mismo colectivo y compartir muchos rasgos, los protagonistas de Penjats responden a tipos diferentes. "Pep Anton Muñoz interpreta al triunfador, al hombre inteligente que acaba de llegar a la empresa y ya ha alcanzado lo más alto. Despierta la envidia y el malestar entre los otros personajes, a los que les ha costado muchos años llegar a la cima", señala Townsend. Manel Barceló, por su parte, da vida al trabajador "que lleva 18 años en la empresa y cree que sabe más que nadie. Constantemente hace bromitas pesadas y crueles, y dice cosas muy divertidas pero amargas a la vez". Ferran Rañé se mete en la piel del que "intenta constantemente subir la moral del grupo. Es lento, con poca ambición y está satisfecho con el puesto que tiene". Santi Ibáñez, finalmente, "no es el típico hombre de negocios, sino que es amante de la naturaleza, es espiritual y acabará convertido en la víctima del resto".

La directora se siente muy satisfecha de la gran compenetración del equipo durante los ensayos. "Hemos hecho un trabajo muy personal a partir de la improvisación, y ha sido una tarea muy fácil", afirma.

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