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El fiscal reduce en dos años la petición para los acusados de violar y matar a un niño

La Fiscalía redujo ayer en dos años la pena que solicita para los dos jóvenes de Jaén acusados de asesinar y violar a un niño de 11 años en octubre del año pasado. El fiscal planteó la rebaja en sus conclusiones definitivas en el último día del juicio oral que se celebra con jurado en la Audiencia de Jaén. De esta forma baja de 10 a 8 años la petición por agresión sexual y mantiene la solicitud de 11 años por asesinato. La acusación particular sigue pidiendo 35 años de cárcel para cada uno los dos procesados, Enrique C. L. y Antonio A. S., de 17 años.

Los abogados defensores de éstos niegan cualquier implicación de los menores, que durante el juicio se han declarado inocentes.La rebaja de petición del fiscal se produce al entender que no concurren los agravantes de acto vejatorio y de intimidación. No lo entiende de la misma manera César Carazo, abogado de la acusación particular, que destacó durante su intervención el hecho de que el niño además de ser violado tuvo que soportar la introducción por el ano de un objeto "contuso y alargado".

Carazo realizó una descripción escabrosa de lo ocurrido en la noche del 30 de octubre de 1998 ante el jurado popular que debe dirimir si los jóvenes son culpables o inocentes. A. C., de 11 años, padeció abusos sexuales, después comenzó a recibir puñaladas que en principio fueron suaves y se fueron incrementando paulatinamente hasta sumar cerca de una treintena. Finalmente un bloque de hormigón lanzado sobre su cabeza terminó con su vida.

La acusación particular y el fiscal pidieron a los miembros del jurado que tengan en cuenta las declaraciones realizadas por los dos acusados después de ser detenidos, lo que implicaría obviar la realizada en el juicio. En la vista oral aseguraron que habían mentido en sus declaraciones y que éstas se habían producido por inducción de la policía.

La defensa de Enrique C. L., al que se acusa directamente de la violación, resaltó al jurado que para condenar es necesario que no haya ningún tipo de dudas. Recordó que en el juicio se produjeron contradicciones y que nadie vio a Enrique C. L. en el lugar de los hechos. Sí reconoció que se mantuvieron relaciones sexuales, por lo que pidió que se impusiera alguna pena que dejó a iniciativa del juez. El joven mantiene que esa relación fue solicitada por el niño y que incluso éste pagó por ella. Este punto para el abogado de la acusación particular es "el colmo del disparate".

La defensa del otro joven acusado asegura que éste se encontraba en la noche del asesinato en una discoteca de la capital. Además, añadió que las declaraciones en las que se reconocían autores de los hechos se produjeron cuando estaban cansados y con miedo.

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