Dimite el alcalde navarro de Noáin debido al acoso de los violentos

La presión de los violentos se cobró ayer otra nueva víctima política. Julián Arranz Mariño, alcalde de la localidad navarra de Noáin, de 3.879 vecinos, presentó su dimisión a raíz de la crisis desatada en su grupo municipal, Unión del Pueblo Navarro (UPN), tras el atentado con un explosivo casero perpetrado el pasado 29 de septiembre contra la vivienda del concejal José María Marco Goñi. La kale borroka ha logrado desbaratar por completo al grupo mayoritario de esta localidad industrial, que gobernaba con cuatro concejales. El partido regionalista aliado del PP se ha quedado con un solo concejal, Miguel José Elizari, que seguirá en el cargo.

Tras el atentado contra su vivienda, Marco anunció que la presión terrorista le obligaba a abandonar el Ayuntamiento. Junto a él presentó la dimisión otro concejal de UPN, Julián Arranz Sánchez, hijo del ya ex alcalde de Noáin. El joven estaba siendo víctima de llamadas amenazantes.

La tercera dimisión fue la de Alejandro Valdeande, uno de los dos corporativos de IU-EB de Noáin. Valdeande criticó a los tres concejales de Loitegi Herri Taldea (vinculada a EH) en un pleno municipal celebrado el pasado 5 de octubre. El joven edil aseguró que dejaba la política al no sentirse apoyado por su partido y ante el clima de "pasividad, miedo y coacción total".

Finalmente, ayer fue el propio alcalde de Noáin, Julian Arranz el que dimitió. No hizo declaraciones. Fuentes familiares aseguraron que en su decisión pesó tambien la imposibilidad de compatibilizar el cargo con su actividad profesional. Alberto Catalán, portavoz del partido regionalista, señaló ayer que la decisión del alcalde ha sido "personal y muy meditada" y añadió: "No cabe hacer reproches porque la situación en la localidad es muy complicada". Catalán dijo que no habrá problemas para sustituir a los dimisionarios.