La FIDE paga con cheques sin fondos

La Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), presidida por el magnate ruso Kirsán Iliumyínov, está permanentemente ligada al escándalo. El último es mayor que el anterior: unos 12 jugadores -entre ellos el campeón, Alexánder Jálifman (Rusia)- no han cobrado los premios del reciente Mundial de Las Vegas. La cantidad adeudada por cheques sin fondos o transferencias no realizadas ronda los 200 millones de pesetas.El nigeriano Emmanuel Omuku, director ejecutivo de la FIDE, dio ayer su versión a El PAÍS a través de su teléfono móvil desde algún lugar de Rusia, mientras viajaba al encuentro de Iliumyínov, que también preside la república autónoma de Kalmikia: "Es cierto que una docena del centenar de participantes no ha cobrado. Hubo pequeños problemas en el proceso de las transferencias. Hacemos todo lo posible para resolver el conflicto en pocas semanas", explicó, tras confirmar que los dos finalistas -Jálifman (85 millones) y el armenio Vladímir Akopián (50)- están entre los perjudicados. "Ambos tienen un acuerdo especial con la FIDE", añadió Omuku sin dar más detalles.

¿Qué clase de acuerdo? Sorprende que casi ninguno de los afectados haya mostrado su enfado en público seis semanas después de la clausura del Mundial. Este diario no logró contactar ayer con Jálifman en San Petersburgo ni con el español Alexéi Shírov en Letonia, donde se entrena para el Campeonato de Europa de Naciones, previsto para finales de noviembre en Batumi (Georgia). El único de los semifinalistas que ha cobrado es el británico Michael Adams. "Tal vez porque se dio mucha prisa en ir al banco", explicó su novia, Tara, desde Londres.

Otras fuentes de la FIDE, que pidieron el anonimato, dieron más detalles: "Iliumyínov tiene tratos con empresas de todo lo mundo. Una de ellas debía transferir el dinero en su nombre, y lo hizo a una cuenta equivocada, cuyo titular se niega ahora a devolver el dinero. Los cheques y las transferencias a los jugadores iban contra esa cuenta".

El más reciente fichaje de la FIDE -que agrupa a 160 países- es Artiom Tarásov, el primer millonario soviético (a finales de los ochenta) y candidato rechazado a la presidencia de Rusia en 1996. Su nueva empresa FIDE Commerce ha creado una tarjeta de crédito para ajedrecistas. Hace una semana, en la Asamblea General de la FIDE que se celebró en Qatar, Tarásov hizo una propuesta insólita: que los premios de todos los torneos homologados por la FIDE -incluso los campeonatos nacionales- sean depositados en una cuenta de ese organismo. Javier Ochoa de Echagüen, presidente de la Federación Española, encabezó una oposición rotunda, que se impuso en la votación: "Fue indignante. He vuelto enfadado y preocupado. El ambiente interno en la FIDE es cada vez peor".

Cabe preguntarse si ese ambiente fue bueno alguna vez. El antecesor de Iliumyínov fue el filipino Florencio Campomanes, famoso por múltiples escándalos. Iliumyínov, que accedió al cargo en 1994, ha sido investigado por las autoridades de Moscú en varias ocasiones. El rebelde Gari Kaspárov, número uno del ajedrez mundial, le ha acusado sin pruebas de utilizar la FIDE, cuya sede está en Lausana (Suiza), para lavar dinero negro.