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Unos desconocidos lanzan cuatro "cócteles mólotov" contra el piso de la portavoz del PP en Cornellà

Jorge A. Rodríguez

Unos desconocidos arrojaron en la madrugada del miércoles cuatro artefactos incendiarios contra la vivienda de la concejal y portavoz del PP en Cornellà (Barcelona), Isabel Espinosa, cuando en el piso se encontraba toda la familia, formada por el matrimonio y sus tres hijas. La investigación policial abierta para identificar a los autores del atentado aún no ha concluido, pero desde la Delegación del Gobierno en Cataluña se cree que la acción puede tener relación con los graves disturbios de anteayer en Barcelona tras una manifestación antifascista.

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El atentado de Cornellà, populosa población del cinturón industrial de Barcelona, se produjo hacia las 2.30 en la finca de dos plantas en la que vive Isabel Espinosa y donde tiene un negocio familiar de restauración. Sólo dos de los cuatro artefactos incendiarios explotaron. Uno de ellos penetró en el interior de la primera planta y provocó un pequeño incendio. La concejal estaba despierta en ese momento. "No tenía sueño y me levanté", señaló Espinosa: "De lo contrario, no nos hubiéramos enterado". La edil oyó un golpe y se asomó a la ventana, pero no tuvo tiempo de ver qué ocurría. En unos segundos aparecieron las primeras llamas. El resto de la familia seguía durmiendo. La edil se encargó de sofocar el incendio con un extintor. "Ha sido un buen susto. Estoy deprimida", señaló Espinosa, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Cornellà. La concejal se mostró especialmente preocupada por el riesgo que habían corrido su marido y sus hijas por su militancia: "La familia y la política son cosas diferentes, pero esta gente no respeta nada".

El candidato del PP a la presidencia de la Generalitat, Alberto Fernández Díaz, que acudió a Cornellà para apoyar a su compañera, apostó por "arrancar esta página negra en la historia de convivencia de Cataluña". El vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, de visita en Barcelona, también acudió al domicilio de Espinosa. El Ayuntamiento de Cornellà, gobernado por los socialistas, emitió un comunicado de "firme repulsa" por el atentado.

La de la madrugada del martes no es la primera acción de estas características ocurrida en Cornellà en los últimos tiempos, aunque sí es la primera contra un político electo. Hace un año, la ciudad vivió una auténtica ola de violencia, que se inició con un atentado a la sede de una organización empresarial comarcal. Los radicales atentaron contra la delegación de Hacienda, entidades bancarias, empresas de trabajo temporal y un semanario.

La policía está analizando la composición de uno de los cócteles mólotov y las huellas dactilares encontradas en la botella. Un portavoz de la Delegación del Gobierno en Cataluña apuntó que "la continuidad en el tiempo hace pensar que puede haber alguna relación directa" entre el atentado contra la edil y los disturbios ocurridos el martes, en Barcelona, al término de una manifestación antifascista convocada para contrarrestar el encuentro de nostálgicos del franquismo que se convoca cada 12 de octubre en la plaza de los Països Catalans.

Los antifascistas que provocaron el caos el martes en Barcelona mantienen frecuentes contactos con grupos de la izquierda abertzale radical del País Vasco, quienes incluso les han facilitado manuales de guerrilla urbana, según aseguró ayer el jefe superior de la Policía de Barcelona, Francisco Arrebola. Manuales de lucha callejera de Jarrai han sido requisados por la policía tras el desalojo de casas okupadas de Barcelona. "Los radicales de aquí mantienen continuos contactos con grupos violentos del País Vasco e incluso organizan jornadas de convivencia e intercambio en casas ocupadas. Lo que pasa es que en Cataluña carecen de apoyo social", explicó.

Los 700 participantes en la algarada -el grupo se redujo tras los primeros choques- portaban 100 cohetes pirotécnicos, en cuya punta habían adosado clavos de acero de 12 centímetros de longitud, indicaron fuentes policiales, que agregaron que alguno de los detenidos cuenta con antecedentes por delitos comunes, tales como robos callejeros a punta de navaja.

Arrebola explicó que el grueso de los participantes en la protesta pertenece "al anarquismo histórico catalán", aglutinado en torno al colectivo Púas, un grupo formado tras el desalojo policial de un cine okupado de Barcelona. La policía calcula que en Cataluña existen unos 500 jóvenes radicales proclives a participar en estas algaradas. "Conocen las técnicas de guerrilla urbana y algunos están entrenados", precisó el jefe superior.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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