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EL PERFIL CHUS GUTIÉRREZ

De Nueva York al sexo oral

La mujer que convenció a sus amigos para que explicaran cómo fue su iniciación amorosa y con qué mimo, durante la pubertad, criaron su sexo a mano, es una de las escasas mujeres andaluzas, o quizá la única, que en la década que termina ha destacado en la producción cinematográfica española. De la veintena de realizadoras que han surgido en los últimos diez años, Chus Gutiérrez es la única que ha rodado cuatro largometrajes en una progresión de calidad indudable.En el erial andaluz destaca como una estrella aislada. Tampoco ha permanecido ajena al mundo de la televisión. Gutiérrez ha iniciado hace un par de semanas la segunda temporada de Ellas son así, una serie protagonizada por cuatro mujeres, pero que no es feminista.

¿Quién es Chus? Quienes la conocen dicen que una persona trabajadora, testaruda, empeñada en sacar adelante su carrera y con una capacidad de convicción suficiente como para lograr que sus amigos, a falta de voluntarios anónimos, desvelaran sus intimidades eróticas en Sexo oral, un documental alargado con cincuenta confesiones y rodado en 1994 con un presupuesto de risa.

Chus Gutiérrez nació en Granada en 1962, pero su relación con su tierra ha sido remota: siempre ha estado marcada por la distancia en kilómetros que determinó su vocación. Primero se marchó a Madrid a estudiar cinematografía, pero con 21 años decidió ampliar los horizontes y se fue a Nueva York en busca de aventura y conocimientos. Cocinera y camarera fueron los oficios que le permitieron sobrevivir en América mientras estudiaba cine en el City College. De aquella ocupación provisional le queda una sólida afición al buen comer.

Cuatro años permaneció en Nueva York. En 1987 regresó a Madrid e interinamente, mientras rodaba unos cuantos cortos, fundó un grupo musical de nombre memorable: Xoxones. ¿Un guiño feminista o una alusión irónica? "El término feminista, como el de marxista me parecen completamente obsoletos en estos tiempos. Creo que cuanto más intercambio haya entre hombres y mujeres mejor será para el futuro de la humanidad".

La imagen de La Gran Manzana no se desvaneció de su retina y regresó a América para zanjar una deuda pendiente: rodar en inglés su primer largometraje, Sublet (Realquiler), estrenado en octubre de 1992 y que un año más tarde obtuvo el primer reconocimiento de sus paisanos, la Caracola de Oro en la muestra cinematográfica Alcances de Cádiz. La película narra el enfrentamiento de una española que vive realquilada con la jungla neoyorquina.

Tras Sexo oral (1994) Chus Gutiérrez, tan innovadora, se atrevió con una película de encargo a acercarse a un tópico -la relación entre gitanos y payos- y consiguió doblegarlo. Aprovechó las reminiscencias flamencas y andaluzas y realizó Alma gitana, un retrato sin perjuicios, ambientado en Madrid, de la comunidad gitana, un ámbito "machista", en el que las mujeres "tienen muy asumida" su posición subalterna respecto al varón, "la aceptan y la defienden".

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Liquidada con éxito la experiencia -231.686 espectadores y 111 millones de recaudación- ideó algo distinto y sugerente: una comedia sobre el insomnio. La pérdida del sueño de tres personajes -encarnados por Cristina Marcos, Candela Peña y Ernesto Alterio- fue el asunto sobre el que giró su última cinta, donde la comicidad y el drama andan de la mano.

Chus Gutiérrez ha confesado que no le gusta la simplicidad: "Me gustan que las películas no tengan un género determinado; me gusta mezclar y que mis obras tengan matices, que a veces hagan reír y en otras ocasiones el espectador se sienta tocado.

Buscando, buscando aceptó la comedia televisiva. Un diario se refirió a Ellas son así como "las cuatro caras de Eva". En realidad le faltaba una, la de la propia realizadora. El rodaje, conforme avanzaban los capítulos, se convirtió en un trabajo difícil. El carácter estricto y obstinado de la quinta Eva chocó con el de Maribel Verdú, y saltaron chispas. Pese a aquel desencuentro, y que la serie de Tele 5 no obtuvo la cuota de pantalla prevista, ellas, las cinco, han regresado en la nueva temporada.

Chus Gutiérrez, que obtuvo recientemente el premio Meridiana del Instituto Andaluz de la Mujer, fue redescubierta pronto por sus paisanos, y protegida y admirada desde la distancia. Ella nunca rompió del todo. Muchas veces se acerca, saluda y regresa a su vocación turbulenta.

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