De mítines y canciones
Un accidente de tráfico lo impulsó a volver a empuñar la guitarra. "Cuando te rozan las alas de la muerte", afirma, "te replanteas muchas cosas de tu vida y decides hacer muchas otras". De aquel accidente salió ileso, pero Enrique Moratalla, delegado de Cultura de la Junta de Andalucía en Granada, ha decidido tomar las horas que le quedan libre en su trabajo para grabar un puñado de canciones que ha ido componiendo a lo largo de los años. Algunos amigos han decidido participar en proyecto: la cantante de Tahúres Zurdos, Aurora Beltrán, o el director de la Orquesta Ciudad de Granada, Josep Pons. Corazón transeúnte es el nombre del trabajo, que verá la luz en abril. Moratalla no deja la política. Pero tampoco la música.Militante socialista, psicólogo de profesión, delegado de la Junta y hermano de José, el actual alcalde de Granada, Enrique Moratalla fue uno de los artistas punteros de un movimiento musical en los años setenta conocido como Manifiesto Canción del Sur y en el que estaban, entre otros, Carlos Cano o Juan de Loxa. "Estaba a punto de grabar un disco", recuerda ahora, "cuando me tocó hacer la mili". Aquello frustró el proyecto... hasta hoy.
En el trabajo hay canciones de entonces y también de hoy. "De hace apenas quince días", explica. El político converso en cantautor ha decidido arriesgar en su disco: coge a poetas a los que nadie había musicado nunca antes, como Fernando Pessoa o Vicente Aleixandre. Y también a algunos de los grandes, como Lorca o Gil de Biedma, a quien ha robado el verso que da título a la obra.
"Yo, en mi vida, he hecho música, he escrito letras, he sido psicólogo, milito en un partido y he militado en diferentes ONG", dice para explicar su aventura discográfica. "Al final, el hilo conductor de todo era el mismo: la pasión, la necesidad de comunicarme con la gente. Y el disco sigue ese mismo hilo conductor".
Moratalla admite que su iniciativa puede llamar la atención de la gente. "Pero no entiendo por qué. Si un político escribe un sesudo ensayo, aumenta su prestigio. Si escribe novelas, igual. ¿Por qué no puede alguien que se dedica a la política hacer canciones?", se pregunta. "Supongo", responde, "que la gente asocia la música a algo más frívolo".
No siente el miedo al que dirán. "Lo único que sí deseo es que la gente escuche el disco como lo que es: un puñado de canciones. Que las juzguen las canciones por sí solas, porque, a mi modo de ver, están hechas con rigor y dignidad".
Moratalla ha querido rodearse de los mismos amigos que tenía en Manifesto Canción del Sur. "En cierto modo, aquellos amigos, aquellos días, fueron muy importantes para mí, porque marcaron el camino para el resto de mi vida. Entre ellos están Enrique Morente o Nicolás Medina.
"La música está en mi lado más sentimental, en la necesidad de decir cosas, de comunicarme". Luego defiende la eclosión de cantautores que se ha producido en los últimos años. "Hasta ahora ha funcionado otro tipo de géneros, pero todo es cíclico. Yo creo que la gente quiere ahora que le hablen de cosas que le afectan, del amor, de la soledad, del miedo a la muerte. Y los cantautores siempre tienen algo que contar".
Aún no se ha planteado en serio la posibilidad de actuar en público para promocionar el trabajo. "Ya pensaré en eso pero, desde luego, no voy a hacer el disco para guardarlo después en un cajón. Ya pensaré algo". Entretanto seguirá el hilo conductor de su vida: de mítines y canciones.
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