Las cajas ofrecen las 35 horas, pero con recortes del plus de antigüedad
La Asociación de Cajas de Ahorros para las Relaciones Laborales (ACARL) propuso ayer a los sindicatos una plataforma de convenio colectivo que incluye, como puntos más llamativos, la introducción de la semana laboral de 35 horas en el 2002 (reduciendo una hora al año hasta alcanzar el tope), una drástica reducción de los pluses por antigüedad y la posibilidad de que un 10% de las oficinas puedan abrir más tardes (ahora lo hacen los jueves de octubre a mayo), e incluso el sábado por la mañana.En concreto, la propuesta de las cajas es que se llegue a la semana laboral de 35 horas en el 2002, pero sin que ello suponga la disminución de las horas de atención al público. Fuentes de ACARL explicaron que la paulatina reducción se realizaría de manera individual, acortando cada trabajador su horario en periodos de 15 minutos.
CCOO y UGT, los sindicatos con mayor representación en el sector, rechazaron de plano la propuesta de las cajas, e incluso anunciaron que están dispuestos a realizar movilizaciones si no se encauzan las conversaciones este mismo mes.
En opinión de las centrales, la propuesta de las cajas es "una provocación". "La reducción de la semana laboral es una fórmula engañosa, porque, al no recortar el horario de las oficinas, lo que persiguen es una individualización de la jornada, que al final queda sin efecto, porque la mayoría de los trabajadores del sector hacen prolongaciones de jornada por la fuerza de los hechos", explican.
Además, CCOO y UGT sostienen que la propuesta de ACARL encubre una futura desaparición absoluta de los pluses por antigüedad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.