Un gobierno sin jefe de la oposición

El gobierno del popular Eduardo Zaplana y el principal partido de la oposición viven una situación insólita en la vida del parlamentarismo valenciano desde la dimisión de Antoni Asunción el pasado 20 de septiembre No hay jefe de la oposición. Situación que se ha agravado en las últimas horas por las voces internas del PSPV que cuestionan la idoneidad de los portavoces adjuntos -Cristina Moreno, Andrés Perelló y Baltasar Vives- para ocupar el puesto dejado vacante por Antoni Asunción. Pese a lo tormentosa que fue la anterior legislatura para los socialistas valencianos, el PSPV no quedó nunca huérfano de líder en el Parlamento valenciano. Tras la marcha de Joan Lerma como ministro a Madrid, el exconsejero Martín Sevilla asumió el cargo hasta que abandonó su escaño y cedió el relevo a Antonio Moreno. Los momentos más complicados en el grupo parlamentario socialista fueron suplidos en la anterior legislatura desde la dirección del partido, que entonces encabezaba Joan Romero. En esta legislatura, la dimisión de Antoni Asunción ha dejado un vacío que la dirección provisional nombrada tampoco ha sido capaz de cubrir hasta ahora. La falta de directrices claras ha llevado a los parlamentarios del grupo socialista a mantener su labor de oposición al Consell con iniciativas propias basadas, en muchos casos, en su experiencia al frente de organizaciones cívicas. Los temas de interés general -como la reforma del Estatuto o la composición de la Acadèmia Valenciana de la Llengua- han quedado a la espera de que la dirección provisional del PSPV resuelva las principales cuestiones orgánicas pendientes. Un paréntesis que impide también al Consell del Partido Popular contar con un interlocutor capacitado para abordar algunas de las iniciativas legislativas que requieren de una mayoría cualificada de las Cortes Valencianas. Sin embargo, la gestora del PSPV ha intentado transmitir imagen de normalidad retomando las conversaciones con las direcciones de Esquerra Unida y el Bloc Nacionalista.