Crivillé sufre en Australia

Si alguien se preguntaba de qué pasta está hecho Àlex Crivillé, la respuesta le habrá llegado esta madrugada desde Australia. Si algún incauto se cuestionaba si el noi de Seva tiene madera de campeón de 500, que repase la carrera de Phillip Island y comprobará que un tipo capaz del esfuerzo y el sufrimiento con el que afrontó esta 13ª prueba de la temporada lo tiene todo para coronarse como número uno del mundo de las motos dentro de muy poco. No sólo de triunfos se forjan las leyendas. Salir a correr con una mano rota como ha hecho Àlex ya es toda una victoria.El piloto catalán de Honda sabe que tiene una oportunidad de oro para ser campeón. Es consciente de que el recorrido que ha llevado hasta ahora esta temporada le ha colocado en situación privilegiada. Por eso no podía permitir que el dolor de su muñeca fracturada le impidiera seguir luchando por su objetivo. Ayer en los últimos entrenamientos clasificatorios lo pasó mal, pensó en bajarse de la moto, pero apretó los dientes e incluso logró rebajar su mejor tiempo del viernes. Estuvo prácticamente todo el día bajo tratamiento médico, con masajes especiales, antiinflamatorios y hielo.

El líder del Mundial afrontaba el Gran Premio de Australia con 46 puntos de ventaja sobre Kenny Roberts (Suzuki) y, más que nunca, con la calculadora en marcha. "Si consigo sumar algunos puntos ya estaré más que contento", explicó. Las secuelas de la fuerte caída del primer día, ocurrida a más de 200 kilómetros por hora, no le daban más opción. "Para mí ha sido una sorpresa que pueda correr, y más el conseguir clasificarme 12º, en la tercera fila de la parrilla".

Su tiempo de los entrenamientos le dejó suficientemente cerca de los mejores, aunque fue su peor posición de toda la temporada. Para la carrera tenía previsto salir infiltrado para soportar el dolor y por eso se mostraba cauto sobre su rendimiento. Las 27 vueltas de la carrera se presentaban como un suplicio para Crivillé, pero su primera victoria en el Mundial, allá por 1989, la logró en 125, precisamente en el circuito de Phillip Island, a los ocho días de romperse una clavícula. El gran favorito para la carrera de esta madrugada era el gran rival de Àlex en el Mundial. Kenny Roberts dominó los entrenamientos con holgura, y todos en el entorno del piloto español asumían que la confortable ventaja de éste en el campeonato iba a verse reducida. Sin embargo, también suspiraban por que el coraje del muchacho tuviera el merecido premio. Crivillé continúa siendo el gran favorito para el título. Tampoco Emilio Alzamora (Honda) pasó un buen día ayer. La otra gran baza del motociclismo español esta temporada, líder de la categoría de 125cc, sufrió una caída por la mañana y sólo pudo clasificarse 11º por la tarde. Su ventaja al frente del Mundial antes de esta carrera era de 23 puntos sobre el japonés Masao Azuma. La primera posición fue para Noboru Ueda (Honda), mientras que en 250 el más rápido fue el británico Jeremy McWilliams (Aprilia).