El delincuente que mató al policía en Granada salió de prisión en agosto

Luis Miguel M. C., de 32 años, un vulgar delincuente, malencarado y pendenciero, bien conocido por la Policía granadina, que lo ha detenido en una treintena de ocasiones, y que abandonó la prisión por última vez el pasado mes de agosto, es la persona que mató de una puñalada en el corazón la noche del miércoles al policía Antonio Domínguez Castillo, a cien metros de la Jefatura Superior de Granada. Ayer tarde, en medio de una gran consternación, el cadáver fue enterrado en Cónchar (Granada).

Su detención, media hora después de que matara a Domínguez e hiriera a otro policía, Francisco Fernández Martín, no le templó los ánimos. La pasada madrugada, en el interior de comisaría, le rompió la boca al agente que lo escoltaba en el despacho de identificación dactilar. "Una auténtica joya", dijo de él Julián Urbano, subdelegado del Gobierno en Granada. El agresor será puesto esta mañana a disposición del juez. Los responsables policiales han convocado hoy una reunión de la junta de seguridad ante la alarma creada en la ciudad por cuatro apuñalamientos consecutivos ocurridos en apenas tres días. El director general de la Policía, Juan Cotino, que acudió al oficio fúnebre, se refirió al preocupante incrementos del número de armas blancas y agresiones en la última década. Los médicos confirmaron ayer que el otro agente herido salvó la vida milagrosamente. El agresor trató de atravesar su corazón pero el arma rebotó en una costilla y sólo le produjo una herida de dos centímetros de anchura, poco profunda. Ambos agentes fueron apuñalados hacia las 20.00 horas del miércoles, a un centenar de metros de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental, cuando trataron evitar que el detenido robara a punta de cuchillo a una viandante. Luis Miguel M. C. actuó solo. El agente muerto, de 51 años, casado y padre de cuatro hijos, fue conducido a las 13.30 de ayer al cuartel de la Ponderosa, en el barrio del Beiro, donde se celebró un funeral al que acudieron diferentes autoridades. La elección de este cuartel para le vela del cadáver provocó la reacción de los sindicatos policiales que acusaron al jefe de la Policía y de elegir "un cuartel sucio y una habitación sucia, y no la sede de la subdelegación del Gobierno como merecía" el fallecido. Antonio Domíngue fue distinguido póstumamente con la Cruz Roja al mérito policial. El agente llevaba 14 años destinado en Granada. En concreto, trabajaba a bordo de un coche patrulla, aunque el miércoles, accidentalmente, fue designado para vigilar la jefatura de la policía. Los sindicatos también anunciaron su propósito de ejercer la acusación particular contra el agresor si cuentan con la autorización de la familia del compañero.