El Ateneo se renueva

El Ateneo Mercantil de Valencia lleva inmerso desde hace unos años en un proceso de modernización que tiene como finalidad dotar de nuevos bríos a esta institución fundada en 1879 que había entrado en una importante crisis, como se percibía de manera manifiesta en las enormes estancias del espléndido edificio ubicado en la plaza del Ayuntamiento. Alcanzar los 8.000 socios que había en los años sesenta es tarea casi imposible, porque sencillamente los tiempos han cambiado. Pero en los tres últimos años se ha duplicado el número, según comentó ayer el presidente de la institución, el cirujano José Manuel Botella, tras la presentación de la primera entrega de la revista Ateneo, que recoge las actividades y proyectos de la entidad. Ahora son más de 2.100 socios, muchos de ellos estudiantes y mujeres. La incorporación de las mujeres ha sido revolucionaria. "Hasta no hace mucho no había lavabos para las mujeres y ahora éstas son el 37% de la masa social y están representadas en la junta directiva", dice Botella. Ya no hay sólo hombres, la mayoría jubilados, jugando al dominó, las cartas o el ajedrez. Las mujeres, la mayoría rondando los cincuenta, rivalizan en su afición por los juegos de mesa (normalmente el bridge o la canasta). Entre los nuevos socios hay muchos jóvenes y personas de mediana edad que se han acogido a las prejubilaciones de "Bancaixa o de la Ford", apunta Botella a modo de ejemplo. Los primeros acuden al Ateneo para estudiar en la magnífica biblioteca de grandes ventanales que contiene más de 52.000 volúmenes, entre ellos, algunos incunables y otras piezas de gran valor. Se puede ver a los estudiantes dispersos por las numerosas salas de techos altísimos, mientras descansan. Alguna pareja flirtea; otros miran circunspectos al vacío. "Se nota que las oposiciones son difíciles porque hay alguno que lo veo desde hace ocho años", comenta con ironía una trabajadora. El Ateneo ha rehabilitado sus estancias, incorporará una sala informática, y se ha abierto a nuevas actividades, además de consolidar otras antiguas, de mucho fuste, como el club de billar que fue escenario en febrero del campeonato de España a tres bandas. Tertulias taurinas, exposiciones, organización de viajes y de fiestas, conciertos, conferencias, clases de baile, y la reactivación del Salón de Otoño a través de la organización de su treinta edición. Este premio lo han obtenido artistas tan reputados como Joaquín Michavila, Manolo Boix y Salvador Soria, entre otros. El Ateneo tiene unos fondos de pintura valenciana muy valioso del XIX y XX, con obras de Sorolla, Benlliure o Muñoz Degrain. Insiste Botella en que ya han pasado los problemas de embargos y de facturas sin pagar y que la institución está cumpliendo su labor de ser un espacio abierto a todos los sectores de la sociedad valenciana. Añade que no se trata de una institución tradicionalista, aunque conserva ciertas tradiciones y el gusto por "divertirse sin estridencias". En su ajetreada vida, el Ateneo, que tuvo que comprar otro edificio a los falangistas para que abandonaran el de la plaza del Ayuntamiento tras la guerra civil, fue un foco de renovación cultura durante el franquismo, cuando proyectó, por ejemplo, el primer ciclo de Antonioni en Valencia con gran éxito de público.