Chechenia anuncia que movilizará a la población para defenderse de Rusia

El Consejo de Seguridad Nacional de Chechenia, reunido ayer urgentemente para analizar la situación creada por los bombardeos de Grozni, anunció que movilizará a toda la población con "capacidad de trabajo y de combate" para que participe en la realización "de medidas de defensa". Esta decisión confirma lo que hace dos semanas dijo el presidente, Aslán Masjádov, al prolongar el estado de excepción y el toque de queda. Mientras, la aviación rusa volvió ayer a bombardear Grozni, capital de la república independentista.

Kazbek Majáshev, viceprimer ministro checheno, declaró después de finalizada la reunión del Consejo de Seguridad que 462 personas han muerto desde principios de septiembre, más de mil han resultado heridas y decenas de miles se han convertido en refugiados.La situación en Grozni es dramática: las bombas lanzadas ayer causaron incendios en dos refinerías de petróleo y destruyeron la fábrica de ladrillos. En los cuatro días anteriores, fueron blanco de los aviones rusos la televisión, el sistema de comunicaciones telefónicas vía satélite, el aeropuerto Jeque Mansur, la exbase militar de Jankalá, y varias fábricas y puentes.

Si a esto se agrega que los productos alimenticios comienzan a escasear, se comprenderá que la gente trate de huir, especialmente a Ingushetia, república de la Federación Rusa que limita al oeste de Chechenia. Las autoridades ingushes advierten de que están a las puertas de una catástrofe humana. Ya son 45.000 los chechenos que han cruzado la frontera, refugiados que vienen a unirse a los 100.000 que ya ha albergado Ingushetia a consecuencia del conflicto con Osetia del Norte. Para limitar de alguna forma el flujo de refugiados, los ingushes dejan pasar sólo a los que van a pie. Las familias que poseen coches no desean abandonarlos, ya que para muchas de ellas es su principal riqueza y fuente de ingresos; por ello se han instalado en la misma frontera a la espera de que cambien las instrucciones y les permitan entrar con todos sus bienes.

Masjádov volvió ayer a pedir una reunión urgente con el presidente ruso, Borís Yeltsin, y también se pronunció a favor de reunirse con los dirigentes del Cáucaso del Norte. "Tengo cosas que decir a los presidentes y gobernadores de las regiones norcaucásicas; ante todo, quiero recordarles que no se puede mantener la paz en la zona sin nuestros esfuerzos conjuntos", declaró Masjádov. "Nosotros estamos interesados en tener sólidas relaciones económicas, políticas e incluso militares con Rusia en un espacio común. Siempre hemos considerado que Rusia es una gran potencia, y nunca hemos perseguido el fin de minar sus intereses o su prestigio ante la comunidad internacional", agregó el presidente checheno, que se encuentra en una situación desesperada, ya que los últimos bombardeos de Grozni pueden hacerle perder los pocos apoyos que le quedan. El Kremlin, con sus ataques, está ayudando a extremistas como Shamil Basáyev, que desean derrocar a Masjádov.

A pesar de ello, no parece que Moscú esté dispuesta a tender un cable a Masjádov. El primer ministro ruso, Vladímir Putin, señaló ayer que la cumbre entre Masjádov y Yeltsin se celebrerará cuando éste "lo considere necesario y cuando ella convenga más a Rusia".