Escuela y despensa
Poco a poco, lentamente, el clima político de nuestro país se recalienta. Las causas, las de siempre, y algunas añadidas por la impericia del Gobierno y, sobre todo, por la pésima pedagogía que utiliza tratando al personal de forma más bien infantil y claramente electoralista. Ojalá los votos futuros de la primavera del 2000 y la mirada siempre ávida de las fuerzas políticas no retrasen las soluciones de los problemas que desde el ahora hasta el entonces manarán en comunidades y municipios. Y ojalá la naturaleza sea pródiga en agua y en buenas sementeras, porque, queramos o no, la sempiterna agricultura requiere atención y tal vez algo más, después de las experiencias de la primavera pasada. ¿El lino es historia o volverán las oscuras maquinaciones a levantar los colores de corruptos y aprovechados?
Ahora que los escolares inician otro curso y las despensas están más vacías, recordemos al aragonés Costa. Escuela y despensa, escuela y despensa, y quizá todo lo demás vendrá por añadidura.- .
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