_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Jaque a Aíto, jaque a la Liga

Robert Álvarez

Habrá que esperar hasta abril en la Euroliga o hasta junio en la Liga ACB para saber si será jaque mate, pero el fichaje de Djordjevic por el Real Madrid es una apuesta decisiva, con todas las de la ley. Abre un debate de la mayor magnitud que concierne a los asuntos capitales del campeonato y los tensa. Era uno de los contados movimientos que podían captar todavía mayor atención en un deporte que vuelve a nadar en la abundancia, después del largo periodo de vacas flacas en el que entró a partir del desastre de la selección en Barcelona 92, la introducción del tercer extranjero y la desaparición de la fantástica generación que ganó la medalla de plata en Los Ángeles en 1984.El Real Madrid ha vuelto a apostar por la figura repudiada por Aíto García Reneses. En su día ya lo hizo por Petrovic y Sabonis -no llegaron a vestir de azulgrana porque el técnico madrileño del Barça lo desestimó-, y el resultado fue desigual. Con Petrovic se tuvo que conformarse el Madrid con una Copa y una Recopa puesto que en la Liga, y pese a que le endosó un 5-0 en los partidos menos trascendentales, el Barça acabó ganándole por la mano después de aquella sutil presión que ejerció Aíto sobre los árbitros al deslizar que el base croata tenía "bula". Con Sabonis le fue mejor al Madrid: conquistó dos Ligas, una Copa y una Euroliga. Pero, a fin de cuentas, el Barça ha cambiado la historia y durante los últimos 16 años -desde que se instauró la Liga ACB- ha ganado ocho títulos, por cinco del Madrid. El fichaje de Djordjevic -en fútbol sería comparable al cambio del color azulgrana por el blanco que efectuaron Schuster y Laudrup- atiende a un decidido intento de variar el rumbo de los acontecimientos y devolver al Real Madrid a la senda de unos triunfos que desconoce desde 1993 en la Copa, desde 1994 en la Liga y desde 1995 en la Euroliga, o lo que es igual, desde que lo abandonó Sabonis. Pero al mismo tiempo supone un espaldarazo para una sección, la del baloncesto madridista, dejada de la mano del fútbol de un tiempo a esta parte y que ahora ha recobrado la fuerza que ya se intuía cuando se nombró como máximo responsable a Lorenzo Sanz, hijo. Y en definitiva, el fichaje de la estrella yugoslava es un intento de impactar de una vez por todas en la línea de flotación del poderoso Barça.

Más información
Llega Djordjevic, el más deseado

Aíto descartó a Djordjevic de una forma sorprendente si se atiende a la arrolladora forma en que, con su vital concurso, ganó la última Copa Korac y la última Liga. Pero, a poco que se profundice en la trayectoria del entrenador madrileño, se observa que siempre ha sido reacio a echar mano de estrellas que fagocitan tanto el juego y que son contestatarias por naturaleza. Ya aceptó el fichaje a regañadientes y porque por entonces -enero de 1997- suponía la única tabla de salvación para un Barça en crisis. Y le puso fecha de caducidad cuando el yugoslavo, tras perder la final de la Euroliga en abril de ese año ante el Olympiakos, se atrevió a poner en tela de juicio la forma en que el entrenador la había preparado. Luego, juntos, ganaron esas dos Ligas y esa Copa Korac, pero la sentencia estaba dictada de antemano.

Contar con Djordjevic, y por si fuera poco con Galilea, dos figuras muy queridas en las gradas del Palau Blaugrana, confiere al Real Madrid un doble poder lacerante para su rival. Pero es a la vez un arma de doble filo. Djordjevic tiene sus virtudes -decide partidos y es un líder dentro y fuera de la cancha- y sus defectos: las facetas negativas de un liderazgo tan marcado, sus lesiones y sus lagunas defensivas. En el modo en que Scariolo gestione unas y otros estará la fórmula que conducirá al éxito o al fracaso. Y por supuesto, también en el equilibrio con el que se dote a la plantilla madridista, ahora sobrada de cañoneros y tirando a fofa bajo los aros. Todo lo contrario que el Barça, que después de haber perdido también a Xavi Fernández y a Esteller, ha fracasado en su sueño de fichar al francés Riagudeau. Pero en estos casos, en vista de los antecedentes, el astuto Aíto siempre suele esconder un as bajo la manga. Por el momento, el órdago lo ha lanzado el Madrid. Ahora le toca mover ficha al Barça.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_