_
_
_
_
_
TRIBUNALES LE HIRIÓ EN LA CABEZA POR REIRSE DE ÉL

El hombre que disparó a Fernando Agramunt acepta 10 años de cárcel

Diez años de prisión. Julio Paez, un ciudadano uruguayo, aceptó ayer esa condena como responsable de un delito de asesinato en grado de tentativa y otro de tenencia ilícita de armas. El reo, en prisión desde que fue detenido, se declaró culpable de haber descerrajado un tiro en la cabeza de Fernando Agramunt, empresario y hermano de Pedro, senador del PP y antiguo presidente de ese partido en la Comunidad Valenciana. Paez asegura que disparó al interpretar que la víctima se rió de él y su mujer.

Los hechos sucedieron el 4 de mayo de 1997 en el pub Obert, en Valencia. A última hora de la noche o primera de la mañana, Paez, que carecía de antecedentes penales, disparó a Agramunt, que es empresario del sector del ocio. Lo hizo de manera imprevista, sorprendente y letal. A bocajarro y en la cabeza. Según sus posteriores declaraciones ante la policía y el juez, lo hizo al interpretar que su víctima hizo algún comentario despectivo respecto a él y su pareja. "Tú nos estás mirando a mí y a mi mujer y te estás riendo", le espetó. Agramunt lo negó, pero ya no tuvo tiempo para mucho más. Según el fiscal, Paez sujetó por el cuello a la víctima para dispararle con una pistola semiautomática de la que nunca más se supo. Ayer, el ciudadano uruguayo aceptó esa versión de los hechos, por lo que se avino a aceptar en la Audiencia de Valencia una pena de diez años de prisión, nueve por el asesinato frustrado y uno por tenencia ilícita de armas. En principio, su abogado, Miguel Ferrer, iba a solicitar un castigo de dos años y medio de cárcel por un delito de homicidio por imprudencia, pero a Paez el acuerdo le pareció, en palabras de su letrado, "perfecto". De hecho, la acusación pública solicitó, en principio, 16 años de prisión. Un año más de pena, 17, había pedido Tomás Muñoz Parra, el letrado de la acusación particular. Todos ellos accedieron a rebajar sus pretensiones iniciales, que desdeñaban las circunstancias atenuantes esgrimidas por Paez en la investigación. El condenado, que fue detenido a finales de 1997 en Milán, adujo que actuó bajo la influencia de una explosiva mezcla de drogas y alcohol. Poco le importa eso ya a Agramunt, que no cobrará la indemnización fijada, de 33 millones de pesetas -Paez se declaró insolvente- y, lo más importante, arrostrará durante el resto de su vida un pasado duro -71 días de hospitalización, varios de ellos en coma- y un futuro hipotecado: entre otras secuelas, necesitará de una muleta durante el resto de sus días.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_