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TotalFina absorberá Elf de forma amistosa tras elevar casi un 10% su oferta inicial

Los consejos de TotalFina y de su viejo rival Elf Aquitaine sellaron ayer la paz con un acuerdo de fusión que les permitirá constituirse en la cuarta petrolera mundial y ahorrarse la gigantesca batalla bursátil a la que parecían abocados. La firma franco-belga ha tenido que ampliar su oferta inicial un 9,6% (entregará 19 acciones por cada 13 de Elf), lo que a la vez supone una prima del 26% sobre la cotización de Elf antes de aquella oferta. Con una producción diaria de 2,1 millones de barriles y unas reservas de 9.600 millones, el nuevo grupo sumará 67.000 millones de euros de cifra de negocio y 140.000 personas de plantilla.

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Pese a los esfuerzos por limar las aristas de aquellos aspectos del acuerdo que marcan la derrota de la dirección de Elf, el desenlace permite deslindar el campo de los vencedores y vencidos, por más que el presidente de Total, Thierry Desmarest, compartiera ayer con su homólogo de Elf, Philippe Jaffré, la misma conferencia de prensa en la que se anunció el acuerdo.Dos meses después del explosivo discurso con que alentó a sus cuadros a la resistencia contra el "depredador" y lanzó una oferta sobre TotalFina, el presidente de Elf, Philippe Jaffré, ha tenido que tirar la toalla, firmar el armisticio y abandonar la compañía. "Mi porvenir, como el de todo ser humano, está en manos de Dios", afirmó y se negó a desvelar las condiciones financieras de su retirada. "Hay un tiempo para decir no y un tiempo para decir sí, la hora del acuerdo amistoso ha llegado y yo lo apruebo sin reservas y reticencias", indicó, tras admitir que deja la empresa "con tristeza".

TotalFina ha impuesto su proyecto de fusión completa en todas las líneas, incluida la química, el sector que Philippe Jaffré pretendía desgajar del futuro grupo y conservarlo en sus manos. Puede decirse que la estrategia defensiva de Elf ha sucumbido como fruta madura, ante la presión persistente de los mercados bursátiles que acogieron con escepticismo su contra-OPA y ante la alianza de los grandes accionistas, presentes en ambas compañías y siempre favorables al proyecto de fusión promovido por Total. La oposición frontal mantenida por la dirección de Elf ha servido, eso sí, para obligar a Total a mejorar su oferta en niveles seguramente superiores a los previstos por Thierry Desmarest.

Modificaciones

Fruto de las intensas gestiones del fin de semana, el acuerdo modifica sensiblemente al alza los términos de la OPA que Total lanzó sobre Elf a primeros de julio último. En lugar del intercambio de títulos -4 de Total por 3 de Elf- inicialmente propuesto, Total ofrece ahora 19 acciones por 13 de su antiguo rival, lo que supone incrementar en 4.000 millones de euros (665.500 millones de pesetas) una oferta global que asciende ahora a los 47.000 millones de euros (7,8 billones de pesetas). La acción de Elf pasa a ser valorada en 184,2 euros, frente a los 168 de primeros de julio. La nueva oferta supone una prima del 9,6% sobre la primera y del 26% sobre la cotización de Elf el 2 de julio, último día antes de la primera OPA.El conjunto Total-Elf suma una cifra de negocios de 67.000 millones de euros (unos 11,1 billones de pesetas) y una capitalización bursátil de 95.470 millones de euros (15,88 billones de pesetas) y se convertirá en el gigante indiscutible de la Bolsa de París, donde representará el 12% del índice CAC 40, el barómetro del mercado parisiense. Ayer, en la Bolsa de París, estuvieron suspendidas las cotizaciones de ambas empresas por un periodo de tres horas. Tras reanudarse la cotización, los títulos de Elf (absorbida) ganaron al cierre de la sesión el 3,15% mientras que los títulos de TotalFina (absorbente) retrocedieron el 0,38%.

La mayor parte de los capitales de TotalFina y Elf está en manos de los mismos accionistas. Entre el listado de accionistas comunes, figuran Indocam AM, BNP, CNP, Fidelity, Caisse des Dépots, Mercury Asset Management, Gartmore; Morgan Stanley Dean Witter, NSM, Morgan Grenfell, Templeton y la Caisse Central des Banques Populaires, lo que explica la salida final de la operación.

El ministro de Economía francés, Dominique Strauss-Kahn, partidario desde el principio de la fusión, reaccionó con satisfacción, pero sin dejar de señalar que el Gobierno "estará particularmente atento a las condiciones sociales de la operación". No en vano, mucho más tras el anuncio de Michelin de eliminar 7.500 empleos, los sindicatos franceses reclaman al Ejecutivo de la "izquierda plural" que ponga fin a los despidos que acompañan, tantas veces, los movimientos empresariales de adaptación a "economía global".

Recorte de plantilla

En la conferencia de prensa, Thierry Desmarest redujo a la mitad la cifra de los 4.000 despidos previstos en tres años (todos en Francia) que él mismo barajó semanas atrás para el caso de que se consumara la fusión sobre un total de 140.000. "El hombre sin tacha", como se le denomina en los círculos dirigentes de la compañía, no descartó ayer involucrar a Total-Elf en futuras operaciones de fusiones y absorciones. "No cierro la puerta a esa posibilidad, estamos en la carrera por adquirir el tamaño suficiente que nos permita batirnos y ganar en los años venideros", indicó antes de subrayar la envergadura de los primeros grupos petroleros, Exxon Mobil, Shell y BP Amoco Arco a los que Total-Elf pretende presentar batalla.Reunidos urgentemente a primera hora de ayer, los consejos de administración de ambas compañías aprobaron proponer a sus respectivos accionistas sumarse a la operación de fusión "amistosa", "en pie de igualdad" y "sobre la base de un proyecto industrial ambicioso". Sobre el papel, al menos, el organigrama resultante parece bastante equilibrado, con nueve representantes por bando de Elf y Total y cuatro de la antigua Fina en el consejo de administración que presidirá Thierry Desmarest, convertido ahora en el primer empresario de Francia.

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