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El Barça se da una gran fiesta americana

Los azulgrana derrotan a un equipo de la NBA en el Palau Sant Jordi.

Luces, cámara, acción. Se rueda baloncesto al estilo NBA, con el Barça y el Nike All Stars en los papeles estelares. La película se vivió ayer, con el Palau Sant Jordi, abarrotado por más de 15.000 personas, como escenario. La sección de baloncesto conm emoraba el centenario de la entidad azulgrana y había prometido espectáculo. No defraudó. Tal como el guión había previsto, la fiesta se vivió a la americana. Presentaciones espectaculares, iluminación a medio gas y coreografía a cargo de las animadoras de Los Ángeles Lakers. No se podía pedir más.

O quizá sí: que el Barça acabase llevándose el partido con una interpretación a la altura de los mejores de la academia. En un último cuarto estelar, con un bomba Navarro justificando por qué fue elegido mejor jugador del reciente Mundial júnior y un Goldwire acreditando el gesto de sorpresa y admiración que Barkley hizo cuando supo que era el nuevo base del Barça, el conjunto azulgrana, en una hazaña histórica, noqueó a todo un NBA por 84-78.

Fue el primer triunfo en la historia de un equipo europeo frente a otro de la NBA, dejando en evidencia las palabras de un soberbio Barkley, que nada más pisar Barcelona aseguró: "Lo único que sé del Barcelona es que va a perder". Ayer, al concluir el partido, admitió: "Ellos han jugado muy bien, y el público ha creado un ambiente fantástico". "Casi no habíamos preparado el partido. Sólo pensamos en salir a divertirnos", dijo un todavía incrédulo Rodrigo de la Fuente.

Un buen entretenimiento

La marca patrocinadora, Nike, se encargaba de entretener al público en los prolegómenos y en los descansos; y los jugadores hacían lo propio durante el partido. Que si canasta millonaria, que lo fue; que si canasta con los ojos vendados, que sí fue; o, en un más difícil todavía, dos niños tuvieron que competir por encestar vistiendo la ropa y las zapatillas de Dueñas y Olowokandi. Ganó la niña que emuló al azulgrana. Pareció una premonición porque el Barça, haciendo honor a la fiesta, firmó una primera parte que pocos se esperaban. Desde el primer segundo del encuentro se adueñó del marcador, y apenas si lo soltó. Resolvió el primer cuarto con un ajustado 23-21 y el segundo con cinco puntos de ventaja (45-40).

Pero por encima del resultado, estaba la impresión de que los azulgrana podían jugarle de tú a tú a toda una NBA. Ni siquiera los jóvenes parecieron amedrentarse frente al Gordo Barkley o Scottie Pippen, a buen seguro, colgados hasta hace poco en las paredes de su habitación a modo de póster. Ídolos a los que ayer se enfrentaron y, por momentos, superaron.

La bomba Navarro le dijo a Pippen que también él sabía culminar contraataques dejando una bandeja. Lo mismo hizo Nacho Rodríguez, haciéndose sitio entre los gigantes para marcar una bonita canasta. O el escolta Rodrigo de la Fuente, que asistía sin pudor para que alguno de sus compañeros, Dueñas o Rentzias, coronara la jugada.

En el otro lado, fiel a su espíritu demoledor, Barkley se afanaba por mantener a su equipo a la zaga del Barça, al tiempo que montaba su particular espectáculo. Hasta tres veces seguidas machacó la canasta azulgrana para reivindicar un estrellato hasta entonces un tanto apagado. Y es que los jugadores de la NBA, dispuestos como venían a jugar una pachanga sin moverse casi del banquillo, se llevaron una gran sorpresa.

Era la fiesta del Barça y el equipo se lo tomó muy en serio. Visto que el Gordo, Van Horn y compañía se plegaban a sus designios, los azulgrana no tuvieron piedad e hicieron de sus ídolos carne de cañón.

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