"Me gusta bromear con mi retirada", dice Anelka

Resulta que todo era una broma. Lo de la amenaza de Anelka sobre su retirada era un simple chascarrillo. Sí negó ayer el delantero francés que hiciera declaraciones al respecto al diario inglés Evening Standard, pero no que de su boca saliera un comentario similar. El fichaje más caro del fútbol español -5.600 millones de pesetas pagó por él al Arsenal el Madrid el pasado verano- vino a decir ayer en su conferencia de prensa que lo de insinuar su abandono del fútbol es una especie de chiste que regala con cierta frecuencia a sus compañeros de selección. "Me gusta gastar esa broma", dice. Nicolas Anelka, de 20 años, ingresa unos 800 millones de pesetas netos al año entre contratos de imagen, patrocinio y ficha. Sin embargo, durante dos días -entre el lunes y el miércoles-, hizo creer al mundo futbolístico que nada de eso le importaba. Los periódicos ingleses propagaron su frase como una explosión: "Si no te diviertes cuando sales al campo, entonces quizás sea la hora de pensar en retirarse del fútbol". Y de paso, la prensa revisó otra extraña declaración realizada -y nunca desmentida por él- al rotativo francés L"Equipe, en la que quitaba peso futbolístico a sus dos compañeros en el ataque madridista: "Raúl y Morientes no son superjugadores, pero se entienden muy bien entre ellos y saben cuándo pasarse la pelota".

De nuevo, como en su etapa en el Arsenal, en Londres, Anel-ka se ha convertido en una mina de confusión y polémica. Y no comprende los motivos, según dijo ayer: "Soy una persona normal; no sé por qué esa animadversión hacia mí. Me persigue allá dónde voy. El año pasado también me acusaron de decir que no fui al Mundial por culpa de Overmars y Bergkamp [sus compañeros holandeses en el Arsenal], y yo nunca dije eso. Son mentiras de la prensa inglesa".

Dijo Anelka que está feliz. Que no sufre una depresión. Que la prensa sólo ha publicado mentiras. Que todo procede de su sentido del humor y que tampoco cree que tenga nada de malo.

Anelka dejó claro, sobre todo, que no se retira. Karembeu avanzó hace unos días que el susto verbal no era más que una broma. Y Anelka dio por buena esta versión: "En algunas ocasiones me gusta gastar esa broma. También digo que voy a colgar la camiseta de la selección, pero nada más lejos de la realidad".