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77 casos de peso para 8 fiscales

La Fiscalía Especial para la Represión de los Delitos Económicos relacionados con la Corrupción está casi desbordada. Los ocho fiscales de su plantilla tienen entre sus manos 77 casos judiciales de peso (Banesto, Macosa, Intelhorce...), aunque casi la mitad de ellos los llevan adelante los fiscales de los lugares en los que desarrollan las causas, siempre bajo la supervisión de la central. Esta avalancha de trabajo ha motivado que la comunmente llamada Fiscalía Anticorrupción declarase en su memoria de 1998 que está "manifiestamente infradotada" y que "lo estará más en el futuro". La memoria, presentada hace unos pocos meses, reconoce que en su creación se apostó por un modelo de organización y funcionamiento "opuesto a todo riesgo de burocratización".

Pero a renglón seguido explica que para cumplir la misión que le ha sido encomendada, "de gran trascendencia para la defensa del interés público", le empiezan a faltar medios por "la multiplicidad y dispersión de los fiscales en varias causas".

La fiscalía constata que la sobrecarga de trabajo, con casos de gran complejidad, hace necesario que se le faciliten más medios lo antes posible. Así, en la memoria se advierte: "Si la plantilla no es ampliada debidamente, resultará imposible que pueda estudiarse e intervenirse eficazmente en ellos [los casos que entiende], en detrimento no sólo de la Fiscalía Especial, sino, sobre todo, de la misión confiada al ministerio fiscal y, desde luego, a la Administración de Justicia". La plantilla de Anticorrupción está compuesta por el fiscal jefe, un teniente fiscal de segunda categoría, cuatro fiscales también de segunda y dos abogados fiscales de la tercera categoría.

"Insuficiente plantilla"

En la memoria se indica que ha sido el caso Banesto el que "ha puesto de relieve de forma patente la insuficiente plantilla de la fiscalía", al requerir "inexcusablemente" la asistencia de cuatro de los fiscales del departamento. No obstante, se agrega que con independencia de "la peculiar significación" del caso Banesto, "pronto será frecuente que algunos fiscales no puedan atender la tarea investigadora e instructora ante la prioridad de preparar y asistir a juicios orales, de mayor o menor duración y complejidad, pero que, en todo caso, obligan a una dedicación muy específica". Y remacha: "Así lo veremos en los casos PSV, AVE, Gestevisión-Telecinco, KIO, etcétera".

En ese etcétera se encuadra la lista de 77 casos que la Fiscalía Anticorrupción tiene entre sus manos o bajo su égida y que enumera en la memoria de 1998. De la larga relación de asuntos, cinco están siendo llevados por los fiscales de la Audiencia Nacional (Inverbroker, Macosa, Uribitarte...), otros 19 están en manos de los fiscales de las respectivas provincias en las que se tramitan (los casos Ollero, Intelhorce o Grand Tibidabo), 11 han recaído en las fiscalías de los tribunales superiores de justicia de Madrid y Cataluña, mientras el resto hasta 77 los lleva directamente Anticorrupción.

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