39 goles en siete partidos

Tres goles de Urzaiz, tres de Julen Guerrero, uno de César y otro de Fernando Hierro. Ocho goles más de España, el ataque más poderoso de todo el fútbol europeo. Ninguna selección arroja un bagaje semejante: 39 tantos en siete partidos. Es el sello de Camacho: el fútbol ofensivo sobre todas las cosas, el hambre permanente, la ambición disparada. El estado realizador del equipo es consecuencia directa, está claro, del estilo impuesto por el nuevo seleccionador. Bueno, los hay que piensan que detrás de la goleada de ayer se esconde también un factor esotérico: el que acompaña a Julen Guerrero. Lleva 35 partidos el vasco con la selección y aún no ha perdido ninguno. "Es un día bonito, para recordar", señaló Julen Guerrero, uno de los tipos más felices del mundo ayer. "Así da gusto jugar. Este equipo va a por todas, juegue donde juegue. España siempre a tope, queriendo el balón, queriendo más y más. Me he divertido en el campo. He jugado a gusto. El seleccionador insiste cada día sobre dónde debemos jugar, y lo vamos aprendiendo todo de memoria. Y, como nos divertimos, es más fácil recordar los movimientos". El trigoleador concluyó: "Hemos matado dos pájaros de un tiro: demostrar las diferencias que existen respecto a Chipre después de todo lo que se dijo y la clasificación". Chipre fue un rival que se defendió sin patadas, a diferencia de Austria.

Urzaiz, el otro trigoleador, se confesó dentro de uno de los mejores partidos de su vida y, por supuesto, una de sus noches más felices. Y la misma sonrisa que enseñó dentro del terreno de juego la mantuvo ante la prensa: "Siempre sueñas con esto, con días como el de hoy. Y, cuando se cumplen, te vas con una carga de emotividad especial". El delantero fue uno de los jugadores que más tuvieron que pelearse con los saltamontes gigantes que ayer se paseaban por el Nuevo Vivero. "Me los tenía que quitar a manotazos", explicó. Pero los más sorprendidos por la plaga fueron los jugadores chipriotas que aguardaban una oportunidad en el banquillo. Uno de ellos, preocupado por la invasión, se acercó a un grupo de periodistas que se encontraba por allí para preguntar si aquello era normal. Los langostos, como conocen en Badajoz a los saltamontes gigantes, son habitantes de la zona.

"Ha sido una auténtica exhibición", afirmó exultante Camacho al concluir el partido. "El fútbol español es de los mejores y, después de esta goleada y ya clasificado, está donde se merece". Era el seleccionador un tipo satisfecho, contento por lo que le toca de responsabilidad en la noche, pero, sobre todo, el Camacho de ayer era un futbolero feliz. "Me divierto mucho viendo jugar a este equipo. Porque para golear hay que saber jugar al fútbol. El objetivo está cumplido: divertir y ganar".

Se acordó también Camacho de la afición de Badajoz, que, pese a su batalla con los saltamontes gigantes, no dejó de animar un solo instante. "El comportamiento de la afición refuerza la tesis de que la selección tiene que ir moviéndose de ciudad en ciudad". Y avanzó que ahora, ya con la clasificación conseguida, quiere rivales de los grandes para medirse a ellos en los amistosos.

Oficialmente, aún quedará recibir a Israel el 10 de octubre. El día antes, Chipre visitará a Austria. Los israelíes son ahora segundos, pero a España ya no la para nadie.