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Entrevista:RAMÓN GÓMEZ MORENO [EP] AFICIONADO AL FÚTBOL

"Todo el dinero del mundo no compensa el sufrimiento pasado"

Dos ultras del Málaga convirtieron su vida en un calvario al causarle graves quemaduras en un partido en La Rosaleda. A sus 65 años y tras cuatro de espera, este jubilado explica que la indemnización fijada (68 millones) no reparará el dolor que ha vivido.Ramón Gómez Moreno, de 65 años, sufrió quemaduras graves en el 65% de su cuerpo al verse envuelto por las llamas de una fogata encendida por dos ultras del Frente Bokerón en el estadio de La Rosaleda. Los hechos ocurrieron el 24 de septiembre de 1995 en los prolegómenos del encuentro de Segunda División B entre el Málaga y el Córdoba. Cuatro años después, Gómez Moreno conoció la sentencia que le indemniza con 68 millones de pesetas. Postrado en una silla de ruedas e imposibilitado para valerse por sí mismo, Ramón, que ya estaba jubilado cuando ocurrió el suceso, asegura que "todo el dinero del mundo no compensa el sufrimiento por el que he tenido que pasar". El veterano seguidor malaguista reconoce que en este tiempo "he seguido al Málaga", aunque afirma que nunca volverá a pisar el campo de La Rosaleda. Pregunta. Después de cuatro años, ¿la sentencia le ha dejado satisfecho? Respuesta. Si le soy sincero, le diré que no me ha dejado muy contento del todo, porque lo cierto es que lo que yo he pasado no tiene precio. Todo el dinero del mundo no compensa mi sufrimiento. Qué ser humano se iba a meter en un fuego, sabiendo lo que le podía pasar, por dinero. P. A las personas que encendieron la fogata les han condenado con un delito de falta por imprudencia leve. ¿Cree que es suficiente? R. Yo no quiero juzgarles, ni decirles nada. Ellos ni se han interesado por mi estado en todo este tiempo que ha pasado. Lo único que espero y que deseo es que hayan aprendido y no vuelvan a repetirlo, ni ellos ni nadie más. P. ¿Cómo recuerda aquella tarde del 24 de septiembre de 1995? R. Yo llevaba nueve años sin ir al fútbol y tras acceder al campo me coloqué donde siempre lo había hecho, apoyado en la valla del fondo del estadio. Yo no sabía que allí encendían fuego y de pronto me vi rodeado de humo. Quise escapar de allí con tan mala fortuna que me metí directamente en el fuego. Después, tan sólo recuerdo que me socorrió un aficionado y un policía nacional hasta que llegó la ambulancia. P. Todavía se ven claramente las secuelas que le dejó el incidente. ¿Ha sufrido mucho? R. Más de lo que usted pueda pensar. Ni siquiera los médicos que me han tratado saben el dolor que he padecido. Nadie se puede imaginar, sin pasar por ello, lo que es un cuerpo en carne viva. Al principio las curas que me hacían eran insufribles y, posteriormente, el no poderme valer por mí mismo hace que mi vida sea un completo aburrimiento. No hago nada y cada día es muy duro para mí, ya que no puedo ni lavarme, ni vestirme, pues para todo necesito la ayuda de mi familia. P. Dice usted que el apoyo de su familia ha sido fundamental. ¿Alguien más se ha acordado de usted? R. Nadie. Lo he pasado fatal y tan sólo he contado con los míos porque todos mis gastos han corrido por cuenta de ellos. Yo no he percibido nada, ni siquiera han venido a verme y a interesarse por mí aquellas personas que de una u otra manera estuvieron involucradas en aquel terrible suceso. P. Además de las graves secuelas que le mantienen en la silla de ruedas, ¿todavía continúa su transitar por diversos hospitales? R. Por supuesto que sí. Los problemas no han acabado. Me quedan pendientes algunas operaciones para colocarme algunos injertos, además de las continuas inyecciones que me ponen cada día porque no acabo de mejorar. Los últimos cuatro años de mi vida me los he pasado en hospitales de Málaga y Granada, además de los ocho meses que estuve en una residencia. Ahora, afortunadamente, ya estoy en mi casa. P. ¿Ha vuelto a ir al estadio de La Rosaleda? R. Ni he ido ni iré jamás. Yo he viajado con el Málaga por toda España, pero ahora ni proclamándose campeón de Europa conseguiría que yo volviera a ir al campo. Todavía hay noches en las que tengo pesadillas recordando lo que pasó y es que el fuego te marca. Lo que viví y las sensaciones que perduran dentro de mi no se pueden explicar con palabras. Algún partido del Málaga si he visto porque estaba delante de la pantalla, ya que yo no me muero por ver ninguno de sus encuentros, aunque sí me gusta que gane.

"He viajado con el Málaga por toda España pero, ahora, ni he ido ni iré jamás a La Rosaleda"

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