El Espanyol se luce ante el Valencia

ESPANYOL 3VALENCIA 2

Espanyol: Cavallero; Cristóbal, Rotchen, Pochettino, Navas; Sergio, Galca, Arteaga; De Lucas (Corino, m. 66); Martín Posse (Roger, m. 74) y Benítez (Casartelli, m. 72).

Valencia: Cañizares; Angloma (Ilie, m. 71), Djukic, Roche, Fagiani (Gerard, m. 81); Angulo, Albelda, Farinós (Kily González, m. 34), Mendieta; Claudio López y Juan Sánchez.

Goles: 1-0. M. 10. Jugada entre Martín Posse y Benítez. El argentino habilita de cabeza al paraguayo, que marca.

2-0. M. 19. Error de Djukic, que reclama que la pelota ha salido fuera de banda, y De Lucas profundiza y remata.

2-1. M. 45. Error de Cavallero que acaba con un penalti de Cristóbal a Mendieta que transforma el propio Mendieta.

3-1. M. 52. Jugada de Martín Posse, con sombrero incluido, que culmina el propio extremo con un buen remate.

3-2. M. 90. Sánchez remata un centro.

Árbitro: Carmona Méndez, extremeño. Mostró la tarjeta amarilla a: De Lucas, Galca, Angloma, Benítez, Sergio, Kily González, Albelda, Angulo, Fagiani y Palop.

Unos 24.000 espectadores en Montjuïc.

El Espanyol se rehabilitó a costa de un Valencia que se fue de Montjuïc con una herida más profunda de la que tenía cuando llegó al estadio olímpico. El partido salió frenético, sin orden en la posición, pero atractivo, vistoso, veloz y con oportunidades de gol. Fueron unos 20 minutos iniciales con sabor a fútbol. Ni la siempre optimista afición blanquiazul se lo esperaba. Hasta ocho posibilidades de marcar, dos por parte del Valencia y seis del Espanyol, se sucedieron en este periodo de tiempo. Pero fueron los blanquiazules quienes aprovecharon el mercado de ocasiones y llenaron el cesto de la compra. Y, además, con jugadas de mérito, de inspiración personal y genialidad.

Benítez comenzó la cuenta prodigiosa de esos 20 minutos, lo certificó De Lucas y a punto estuvo de culminar Arteaga el finiquito del encuentro con una genialidad a lo Ronaldo. Lo nunca visto en Montjuïc, que vivió además el debú del ex azulgrana Roger. Brindisi regresó al corte clásico tras ensayar durante la pretemporada un esquema arriesgado con tres zagueros. La vuelta de Pochettino propició que los blanquiazules jugaran con dos centrales y dos laterales. La novedad fue la ubicación de Navas, un jugador diestro, como lateral zurdo. Fue un jugada de póquer de Brindisi para contener el efecto "Piojo" López. Y el técnico argentino le ganó la partida a su compatriota Cúper.

Controlado López por Navas, en sus incursiones por su zona del volante izquierdo, y por Rotchen y Pochettino cuando el Piojo se escoraba hacia la zona central, el Espanyol actuó como un tigre esperando a su presa. Anulado López, los blanquiazules sorprendieron con sus piojitos particulares: Benítez, Posse y De Lucas, tres pequeños futbolistas, muy veloces y con pegada.

Fue Benítez quien inició la fiesta en Montjuïc. El encuentro no estaba todavía caliente. El extremo pegó el primer zarpazo. Tenía hambre Benítez tras su suplencia en los últimos partidos. Recibió el blanquiazul un balón largo, ojeó a su escudero de ataque, Posse, y tras una primera pared, un quiebro a Djukic, otra pared con Posse y un nuevo regate a Djukic, con un sombrero incluido, marcó.

Hasta entonces, el peligro era del Valencia. Pero sin tiempo de recuperar el aliento, llegó el segundo zarpazo blanquiazul. Correspondió a De Lucas. Otro error defensivo de Djukic permitió al media punta encarar en solitario la diagonal del área y batir a Cañizares. Montjuïc enloqueció. Un gran gol. No fue para menos. El Espanyol brindaba su mejor juego. Dos virtuosismos de Benítez y De Lucas precedieron antes el segundo tanto del canterano. Faltaba la mejor escena de la tarde por llegar. El protagonista fue Arteaga y su actuación se pareció a una de las mejores jugadas de Ronaldo. El gaditano controló un balón en el círculo del medio campo, cogió la vertical y diseñó un eslalon limpio, sin tocar los obstáculos. Primero se fue de Angloma, quebró hacia su izquierda, siguió corriendo siempre con el cuero pegado a su bota zurda, pasó a Albelda por su derecha y por último dejó casi sentado a Djukic antes de diseñar una vaselina con el balón, que se depositó sobre la red exterior del portal de Cañizares. Brindisi vibraba y Cúper se desesperaba.

El técnico del Valencia veía como su equipo se llevaba el segundo chasco consecutivo en la Liga. Desordenado, el Valencia no encontraba su sitio, así que Cúper optó por un cambio cumplida la media hora. Puso sobre el campo a Kily González, un ala, y sacrificó a un pivote, Farinós. Cúper, un maestro del contragolpe, fue derrotado por Brindisi, mejor psicólogo que táctico. El Valencia recuperó el partido tras un penalti inocente, transformado por Mendieta, que cometieron Cavallero y Cristóbal. Fue un espejismo del equipo de Mestalla. El Espanyol se encargó de despejar el partido con el tercer gol de Posse. El duelo parecía servido. Pero dada la entidad del contrario, todo era posible. Brindisi reforzó la zaga con Corino y hizo debutar al ex azulgrana Roger y al argentino Casartelli. No hubo tiempo para más, pese a la insistencia del Valencia, que marcó un segundo gol a modo de despedida.