Antiviolencia advierte al Madrid de la nueva posición de Ultras Sur

La Comisión Nacional contra la Violencia ha advertido al Real Madrid del peligro que origina la nueva ubicación de los miembros de Ultras Sur en el Bernabéu. Los hinchas violentos ocupan ahora la tribuna lateral baja, la más próxima al terreno de juego, sin que medie ninguna barrera con los jugadores. Antiviolencia se ha reunido ya con el Madrid para mostrar su disconformidad y ha anunciado un férreo control policial en estas localidades.

El proyecto denominado por el Madrid como grada joven, que en principio iba a aglutinar a hinchas de entre 15 y 30 años, se ha convertido en una zona de alto riesgo en el Bernabéu, según los datos que posee Antiviolencia. En esta zona han encontrado refugio los ultras sur, que de esta manera pretenden recuperar el protagonismo que perdieron la pasada temporada -los violentos fueron trasladados a la parte alta del estadio como castigo por la caída de una portería en un partido de Liga de Campeones.El Madrid ya realizó en el mes de junio un experimento en esta grada con los ultras. Se hizo en dos partidos: el de Copa contra el Valencia y en el último de Liga ante el Deportivo. Algunas versiones policiales indicaron por aquellas fechas que se trataba de una medida del club para contar de nuevo con los gritos y cánticos de los ultras en encuentros decisivos para el equipo. Un sector del club se lamentaba, según esta versión, de que desde la parte alta del estadio apenas se les notara.

El martes, en el partido que el Madrid disputó contra el Milan, los ultras sur ocuparon otra vez las localidades bajas, en las que desplegaron toda su simbología. La policía teme que el destino se convierta en definitivo. 24 horas antes del partido contra el Milan, en el que se inauguraba la grada joven, Ignacio Ayuso, director general de Deportes, y Pedro Núñez Morgades, delegado del Gobierno, se reunieron con representantes del Real Madrid para hablar del asunto. Ayuso, presidente de Antiviolencia, advirtió al Madrid del temor de la policía a que estas localidades pasen a ser controladas definitivamente por los ultras sur, y no por los seguidores más jóvenes.

El Madrid sostiene que su intención es apoyar a nuevos seguidores con escasos recursos económicos (los abonos de esa zona cuestan 15.000 pesetas). "Estaremos encantados de apoyar la presencia de una grada joven, con una asociación del voluntariado que tenga su propio sistema de seguridad, pero nos preocupa que el destino final del proyecto sea otro", explicó ayer a EL PAÍS Ayuso. "A partir de ahora, realizaremos un seguimiento detallado de estas localidades. Grabaremos a los aficionados que se sitúen allí e intentaremos conocer la identidad real de los propietarios de los abonos".