El Málaga vence con 10 hombres al Espanyol, su último verdugo en Primera

El Málaga se cargó de ilusión en su retorno a Primera División, casualmente frente al equipo que le echó de ella hace nueve años. La victoria malaguista fue un premio al esfuerzo en un encuentro que se le complicó muy pronto por la expulsión de Movilla tras una inexplicable bofetada a De Lucas cuando ambos disputaban un balón en el centro del campo. Habían transcurrido sólo 26 minutos de partido y parecía una concesión excesiva, porque en Movilla pivota el Málaga la construcción de su juego.Pero el Espanyol fue muy poco ambicioso. Hasta la expulsión había sometido al Málaga a una fuerte presión en el centro del campo. Una vez superiores numéricamente, fue ganando territorio y dominio del balón, pero no llegó a apoderarse del área pese a irse cargando el equipo de delanteros.

El Málaga fue un derroche de voluntad. Cuando Peiró, a falta de 20 minutos, se decidió a retocar el equipo, abrió la vía de la victoria. Rufete y Ruano supieron conducir algunos contraataques cuando el Espanyol parecía haberse apoderado definitivamente del partido. Tras una de ellas, Catanha se encontró en el área sin marcadores y marcó el único gol del partido.

El Espanyol intentó equilibrar el partido con balones largos. Casi lo consigue en un disparo cruzado de Cristóbal que se marchó fuera (m.89) y en un centro chut de Benítez al que Contreras respondió con una soberbia parada (m.90).