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Una treintena de radicales acosa a Ibarretxe en San Sebastián exigiendo el acercamiento de presos

Atacado por tercera vez este año el comercio del portavoz del PP en las Juntas de Álava

Hacía cinco años que el tradicional acto religioso de la Salve en San Sebastián no vivía los momentos de tensión que se registraron ayer. Una treintena de jóvenes radicales que esperaba la salida de las autoridades, encabezadas por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, acosó a la comitiva mientras abandonaban la Parte Vieja de la ciudad al grito de Euskal presoak, etxera (Presos vascos, a casa). Cuando Ibarretxe se detuvo para hablar con un ciudadano ajeno a la polémica, los violentos la emprendieron con uno de sus guardaespaldas, quien resultó herido leve en una ceja.

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"Qué mal lo estamos haciendo", se podía oír a uno de los guardaespaldas del lehendakari conforme la treintena de jóvenes violentos que acosaba a las autoridades iban elevando el tono de sus gritos y les llegaban a poner los carteles que llevaban en la misma espalda. En un momento de tensión, en la intersección de las calles Fermín Calbetón y San Jerónimo, de la Parte Vieja, Ibarretxe se detuvo para intentar calmar a sus perseguidores y comenzó a hablar con un señor que se le acercó. "Pero ¿qué hace?", decía uno de los ertzainas de escolta. Los gritos cada vez eran más fuertes. Los acompañantes de Ibarretxe, entre los que se encontraban su esposa, Begoña Arregi; el diputado general de Guipúzcoa, Román Sudupe, y el portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, se miraban nerviosos. En ese instante, los radicales la emprendieron con uno de los guardaespaldas de Ibarretxe, a quien empezaron a golpear con los palos de sus pancartas.Las autoridades fueron inmediatamente rodeadas por cuatro de los cerca de una docena de guardaespaldas que les acompañaban para llevarles hasta el cercano Boulevard. "Traigan refuerzos inmediatamente", reclamaba uno de los policías por teléfono móvil. El nerviosismo de la multitud de gente que paseaba por las calles de una ciudad en fiestas motivó que se sucedieran las carreras mientras los violentos arrojaban palos y otros objetos, e incluso alguna botella, contra la comitiva que se alejaba.

El escolta agredido resultó herido leve con cortes en una ceja. El resto de las autoridades que acudieron a la tradicional Salve a la Virgen, entre los que se encontraba el alcalde donostiarra, Odón Elorza, y varios ediles ya habían abandonado la Parte Vieja para entonces. Fue el propio Elorza quien en 1994 suspendió la comitiva de autoridades que acompañaba a la ceremonia por los incidentes que cada año provocaban los radicales y sus enfrentamientos con la Ertzaintza.

"Cabezas rapadas" de Jarrai"

No fue el único incidente violento ayer en Euskadi. Santiago Abascal, portavoz del PP en las Juntas Generales (Parlamento provincial) de Álava y concejal de la localidad alavesa de Amurrio sufrió el tercer ataque contra su comercio en lo que va de año, informa Pedro Gómez Damborenea. Unos desconocidos tiraron piedras hacia las siete de la mañana contra las lunas de su local, una tienda de ropa. Amurrio también está celebrando sus fiestas patronales. Los cristales no se rompieron porque Abascal, tras el ataque con bombas incendiarias que sufrió el pasado 19 de febrero, decidió blindarlos. El edil evaluaba ayer los daños en unas 800.000 pesetas. El seguro sólo cubre hasta 500.000, tope máximo que la compañía le quiso asegurar.Además del ataque de febrero, que le causó daños en la tienda por valor de 18 millones, Abascal se levantó para ir a votar el pasado 13 de junio y se encontró la fachada del local llena de pintadas amenazantes. El portavoz popular responsabilizó a los "cabezas rapadas de Jarrai" del ataque y aseguró que están "enfermos de odio y fanatismo", por lo que cree "difícil cambiar las cosas". El edil agregó que estos ataques "siempre van contra los que no pensamos como los nacionalistas" y reprochó al PNV y a EA que pacten y gobiernen "con quienes practican la violencia". El secretario general del PP vasco, Carmelo Barrio, calificó el ataque de "nueva expresión de fascismo y muestra de intolerancia y fanatismo". El diputado general de Álava y presidente del PP en este territorio, Ramón Rabanera, señaló que el ataque contra el juntero de su partido "es un atentado contra la mayoría de los alaveses, que han apostado por la moderación, la convivencia y la auténtica paz".

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Herri Batasuna instó ayer al alcalde bilbaíno, el peneuvista Iñaki Azkuna, a no colocar en la casa consistorial el próximo viernes la bandera de España, "símbolo extranjero de la imposición de una ley extranjera", según su portavoz Joseba Permach. Azkuna le replicó que aplicará la legalidad vigente.

En el centro de esta ciudad, unos 15 jóvenes agredieron anoche a dos policías municipales, cuando éstos intentaron impedir que hicieran pintadas a favor de la ikurriña junto a una sede del banco BBV. Uno de ellos fue ingresado en el hospital de Basarto con la mandíbula rota y el otro sufrió rotura en el tabique nasal y en varias costillas. Además, cuatro agentes que acudieron en su ayuda sufrieron también magulladuras. Hoy domingo está prevista una reunión de la Junta de portavoces del Ayuntamiento para condenar la agresión.

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