Seedorf y Hierro protagonizan la victoria del Madrid

ELCHE 2 REAL MADRID 4Noche de contrastes en el Madrid. Subió la cotización de algunos y bajó la de otros. En el caso de Geremi se mantiene. Por ahora no hay motivos para pensar que puede ser titular en el Madrid. Pero cuenta con el favor de Toshack y seguirá en el equipo.Al Madrid le resultó sencilla la victoria. Un córner cabeceado por Hierro y un rechace que aprovechó Seedorf. Dos goles de primera hora que sirvieron para establecer la diferencia durante todo el partido. Sin grandes alardes, el Madrid se sintió superior y en algún momento pareció más firme que en los partidos anteriores. Pero con viejos asuntos por resolver. Del capítulo defensivo, sólo cabe anotar que volvió recibir dos goles. O sea, que está en su preocupante media. Da igual el adversario. Esta vez fue el Elche, recién ascendido a Segunda. En cuanto se quitó el susto de encima, le metió en problemas a la defensa madridista, siempre permisiva.

En el juego de ataque, la elaboración resultó más cómoda de lo acostumbrado. Funcionaron algunos mecanismos y se produjeron algunas asociaciones. Por una vez, el Madrid dispuso del balón y lo utilizó con cierto criterio en algunas fases del encuentro. Seedorf se lo tomó en serio. Participó asiduamente en el juego y contribuyó en el aspecto defensivo. En el segundo tiempo, se metió por la derecha y fue el protagonista de la noche, a pesar de las horas intensivas que le ha concedido Toshack esta semana. Por lo visto, el técnico madridista iba camino de Damasco y se ha caído del caballo. Después de condenarle en la nevera durante dos semanas, Seedorf ha jugado tres partidos como titular en cuatro días. Sobre Geremi no hubo novedades. De su actuación no se dedujo nada relevante.. Tiene poco quite, a pesar de su despliegue físico. Y quita poco porque no anticipa, no lee la jugada. Como factor defensivo resulta poco importante, al menos hasta ahora. En la construcción, hasta ahora ha sido irrelevante. Sabe de sus escasos recursos y se escoge la opción más sencilla, pero también la más instrascendente. Eso cuando no se aturde y pierde pases claros.

El partido dejó algunas cuestiones para el debate: McManaman jugó mal por la derecha y bien por la izquierda, donde puede aprovechar su salida natural, la diagonal hacia la portería que tanto le cuesta desde el otro lado. El asunto McManaman (su querencia natural por el ala izquierda) tiene miga porque Balic defraudó. Tiene clase y una excelente pegada, pero en la banda izquierda se siente incómodo. Recuerda en muchas cosas a Dubovsky, otro media punta que penaba en el costado. Balic no consiguió superar a su marcador en ningún momento. Raúl parece que se ha tomado la pretemporada a beneficio de inventario. Pero sobre Raúl no hay dudas. En la Liga se le afilarán los colmillos y ganará muchos partidos.

Hierro volvió a marcar en el segundo tiempo, que ofreció la novedad de ver a Morientes y Anelka juntos en el ataque. Por cinco minutos. A Toshack no le apetece la idea de la parejita ni como experimento. Anelka volvió a mostrar apuntes de lo que puede ser: un delantero temible por su potencia y por su decisión para lanzarse hacia la portería. Cuando la pelota desemboca en él, ya se sabe que allí termina la jugada. Para eso tiene un descaro impropio de un muchacho de 20 años. Actúa con la arrogante seguridad de una estrella consagrada. Si tiene un problema, no es el de la timidez. Y en el Madrid, eso puede tomarse como una cualidad. No son pocos los jugadores que se han venido abajo por el peso de la camiseta. En el caso de Anelka no sucederá.

Tampoco le falta descaro a Míchel Salgado, que cobró protagonismo en la medida que creció el desorden. Es el tipo de jugador que prefiere el alboroto. Entonces saca partido de su dinamismo. Con el partido absolutamente roto, marcó el último gol del Madrid. En la posición de delantero centro, como corresponde a un lateral que gusta de saltarse a la torera ciertas convenciones de la táctica. Lo que hizo Salgado en el segundo tiempo sólo sirve como anuncio de lo que sucederá con él y con Roberto Carlos. Dos heterodoxos a toda mecha.