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Toshack elogia a Seedorf en Getafe

El Madrid se impone con dificultad en un partido en el que destacaron Savio y el holandés

Diego Torres

El destino de Seedorf cambia al ritmo incierto de un partido amistoso. El martes por la noche, en el estadio de San Lázaro, el holandés miraba estupefacto cómo su entrenador, John Toshack, hacía jugar a toda la plantilla menos a él. El público entonó un cántico de protesta -"¡Seedorf, sí; Toshack, no!"- que conmovió al jugador. "Ha sido muy bonito, porque estábamos fuera de Madrid", comentó ayer por la mañana Seedorf. Y por la tarde, el jugar un buen partido en la posición de director del juego del Madrid, ante el Getafe (de Segunda), le valió la reiteración del cántico. Al concluir el amistoso, con victoria madridista por 1-2 y goles de Savio, Toshack reconoció con gravedad: "Seedorf fue el mejor"."Me ha gustado su actitud; quiero destacar que Clarence ha respetado al rival, ha jugado con entrega, ha trabajado mucho en defensa, ha recuperado balones...", Toshack se volcó en elogios hacia el jugador que había marginado del equipo hasta 24 horas antes. Seedorf ocupó el medio centro junto a Sanchis. Antes del descanso, recuperó un balón en el círculo central y sin dudarlo le dio un pase de 30 metros a Savio, que solo ante el portero, marcó el empate (1-1). Entonces la gente comenzó a entonar lo que pronto serán dos canciones del verano: "¡Seedorf, sí...!" y "¡Saaaaavio!".

Preguntado por la inesperada ofensiva musical de que era objeto por parte del público (poderosa como un empeño de Lorenzo Sanz), Toshack recurrió a su flema británica: "Son unos cánticos muy divertidos, a mí me gusta oirlos. Suenan muy bien. Y mientras Clarence trabaje y se motive...". Ayer, los cánticos abrumaron tanto al entrenador como al futbolista. La melodía se repetía en oleadas y Seedorf perdió tres pases seguidos; quizá para provocar un silencio.

Toshack fue el último de la expedición en abandonar el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe, atravesando una multitud de hinchas variopintos -algunos profiriendo exabruptos con olor a cerveza- que le reclamaban a bocajarro sus deseos -"¡No vendas a Seedorf!"- al tiempo que le cogían de la camiseta o le daban palmaditas en la espalda, camino del autobús.

Por la mañana y en pleno eclipse -dio una conferencia de prensa a las 12.05- Seedorf, muy diplomático, había asegurado que aguantará "hasta que quiera" su ostracismo en el banquillo. "Todos en el equipo tenemos que cumplir con nuestro papel profesional; y si mi sitio es el banquillo, no hay problema".

Plante al Apóstol

Seedorf no protestará si lo mandan al banquillo. Lo que no se sabe es si se quejará en el caso de que lo manden a misa. Por lo pronto, el martes desató las iras de un sector de la directiva cuando no acudió a la ceremonia que se celebró para el Celta y el Madrid en la Basílica del Apóstol Santiago. Acudió la plantilla blanca con su presidente, Lorenzo Sanz, a una misa oficiada por el obispo, con la presencia del ministro de Educación y Cultura, Mariano Rajoy. Pero ni Seedorf, ni Anelka -que es musulmán-, ni Illgner, contemplaron el vuelo del Botafumeiro. Quizá el holandés no se esperaba que su ausencia fuera tachada de "falta de profesionalismo". Quizá fue el único episodio del viaje por el que pudieron acusarle de tan insospechada falta. "Fue Seedorf el que incitó a Anelka a no ir", comentó un directivo, muy molesto.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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