El Gerruj arrolla, Estévez responde

Dos cosas se dijeron en el 1.500 metros: El Guerruj es inabordable, incluso para el joven prodigio Ngeny, y Estévez progresa. Fue sexto en una prueba durísima, con todos los plusmarquistas y campeones habidos y por haber.Venció el marroquí, con 3.28.57 minutos, y mandó un aviso para navegantes. Aquellos que le vieron ligeramente desencajado en la reunión del sábado en el Crystal Palace, saben ahora que ha vuelto donde solía. Ejerció un dominio aplastante en la pista del estadio de Zúrich, donde no hubo duelo con el joven Ngeny. Las liebres kenianas hicieron todo lo posible por pasar a ritmo de récord mundial por los parciales: menos 54 segundos en los 400 metros, 1.51 minutos en los 800. Son máquinas que no fallan en su trabajo. El resto, los últimos, 600 metros, quedan para los campeones, para gente como El Guerruj o Ngeny. Porque Morceli ya no está para grandes batallas. Porque Cacho se tapa o no está bien. Él dice que no hay que preocuparse. "No venía a Zúrich a pelear con los mejores". Pero ya lo está diciendo demasiadas veces en cada carrera.

A 70 metros

En la víspera, el soriano bromeaba con la distancia que podía sacarle El Guerruj. "Lo mismo me mete 70 metros". No se equivocó ni por un metro. Fueron 70 los que le sacó el marroquí. Cacho fue el último, con 3.37. Un síntoma pésimo si no fuera porque Cacho asegura que está en forma y que en Sevilla todo será diferente. Y no conviene desconfiar de él cuando se examina su palmarés. La mayoría de sus grandes triunfos (Juegos Olímpicos y Campeonatos Mundiales y de Europa) se han producido después de emitir las peores señales posibles. Es un atleta especial, como tantos otros que han conseguido éxitos importantes.Reyes Estévez evidenció sus progresos después de su lesión. Al principio siguió el ritmo de la cabeza, pero se descolgó bastante pronto de El Guerruj y de Ngeny, pero con los resultados en la mano puede sentirse satisfecho. El catalán hizo 3.31.99, es decir, la marca que tenía prevista, por debajo o en los 3.32 minutos, y estuvo por detrás de otro keniano, Bernard Lagat y del portugués Rui Silva. Pero adelantó al argelino Morceli, al estadounidense Holman, al francés Maazouzi, en realidad el nuevo norteafricano que se ha metido en la élite, y a los kenianos Komen y Rotich. Gente de nombre que están en la primera línea del medio de fondo. El Guerruj es otra cosa. Está en otra galaxia.