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TENIS - TORNEO DE EL ESPINAR

"Seguro que Sergi volverá a estar arriba"

Lluís Bruguera valora el esfuerzo de su hijo y cree que esta final es sólo el inicio

Regresar de las antípodas no resulta nada fácil en un mundo tan profesionalizado como el del tenis masculino. Sergi Bruguera, de 28 años, lo está intentando ahora por segunda vez. Y parece en el buen camino. Al menos eso es lo que se desprende de la final que disputó ayer en el torneo challenger de El Espinar. Bruguera perdió ante el francés Cyril Saulnier, 403º mundial, por 6-4, 7-5. Pero su gran mérito ya fue estar en la final, después de nueve meses sin competir por culpa de las lesiones. Su ranking está ahora en el puesto 309º, pero eso es anecdótico para un tenista que ha ganado dos veces consecutivas en Roland Garros (1993 y 1994) y que fue tercero del mundo en agosto de 1994. Su carrera se ha visto plagada de lesiones y sólo eso le ha impedido cuadrar al menos un tercer título del Grand Slam. Su calvario comenzó en 1995 -en su mejor momento- cuando sufrió una rotura de ligamentos de una rodilla en Stuttgart (febrero) y estuvo seis meses sin jugar a su nivel. Prosiguió con otra lesión en el tobillo, en 1996, y le costó ocho meses recuperar su forma. Y el año pasado sintió molestias en el hombro en Cayo Vizcaíno y las arrastró toda la temporada hasta que decidió no jugar más en octubre, y se operó el pasado mes de enero. "Ha sido un camino muy largo", comenta Lluís Bruguera, padre del jugador, que ahora parece algo más alejado del trabajo en los torneos, del que en El Espinar se ocupó Juan Carlos Báguena. "Cuando Sergi ha estado en condiciones ha demostrado ser un gran jugador", prosigue Lluís. "En 1997 ascendió del 81º al 8º puesto y volvió a disputar la final de Roland Garros. Y ahora estoy convencido de que volverá a estar arriba. Ha realizado un duro trabajo físico desde la operación, pero sólo hace mes y medio que juega al tenis. Por tanto, es muy importante que haya alcanzado la final de El Espinar, porque eso le da confianza. Pero es sólo el inicio de su recuperación. Queda mucho por hacer".La bola de Sergi queda algo corta y se nota que está fuera de competición. Pero hay un valor fundamental que ha demostrado poseer estos días en Segovia: sabe que le toca sufrir y que deberá soportar verse superado por jugadores a los que hubiera ganado sin problemas hace sólo un año. "Cuando empecé el torneo hubiera firmado con llegar a la final", explicó ayer Sergi. "Día a día voy recuperando mi nivel. Pero sigo sintiendo algunas molestias en el hombro". Lo que ahora más necesita Sergi son partidos, sin importar en qué torneos los juegue. También en eso deberá ser humilde. Acostumbrado a los grandes torneos, puede verse condenado a seguir en los challengers si no recibe las invitaciones que espera. Ya se ha llevado algunas sorpresas: en Gstaad y en Stuttgart no se las dieron, y él mismo confiesa que ve difícil lograr una en el Open de Estados Unidos.

La batalla de Bruguera acaba de comenzar. Pero él es uno de los dos únicos jugadores que ya ha realizado un regreso espectacular. El otro, Agassi, ascendió del 122º (final 1997) al primer puesto mundial.

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