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Volvo compra su rival Scania y se convierte en líder del mercado europeo de camiones

El fabricante sueco de camiones Volvo cerró ayer la compra de su rival Scania por 60.700 millones de coronas (1,13 billones de pesetas) y se convierte en el primer fabricante del sector en Europa, por delante de DaimlerChrysler, que, sin embargo, mantiene el liderazgo mundial. Volvo, que el pasado enero vendió su división de automóviles a Ford, cumple así el deseo del Gobierno sueco de que tanto Scania como el área de camiones de Volvo se mantuvieran en manos de capital nacional. Las ventas de la nueva Volvo-Scania superan los tres billones de pesetas.

Las largas y, por momentos, conflictivas negociaciones entre las dos grandes empresas suecas de la industria automotriz, Volvo y Scania, culminaron ayer con la compra por parte de la primera de las acciones que Investor, el conglomerado financiero de la familia Wallenberg, tenía en Scania por 60.700 millones de coronas suecas (cerca de 1,13 billones de pesetas). El pasado enero, Volvo compró el 13% de Scania por 5.200 millones de coronas sin que los directivos de su rival estuvieran informados, y desde entonces ha adquirido acciones hasta alcanzar el 22%.Según el acuerdo, que fue anunciado amistosamente por los responsables de ambos grupos, Volvo adquiere el 49,3% del capital y el 69,6% de los derechos de voto en Scania; se consolida como el segundo fabricante mundial de camiones tras la alemana DaimlerChrysler, pero supera a su rival en el mercado europeo. Según un portavoz de Volvo, el nuevo gigante sueco se convierte también en el primer fabricante de camiones de América Latina. Sin embargo, su afirmación encontró una rápida respuesta por parte del portavoz del área de vehículos industriales de DaimlerChrysler, Karl Heinz Knoess, quien reconoció que el pacto Volvo-Scania les relega a la segunda posición en Europa, aunque siguen siendo "los primeros en América Latina, por mucho que Volvo diga lo contrario".

En conjunto, Volvo y Scania tuvieron en 1998 una facturación superior a 160.000 millones de coronas (3,2 billones de pesetas), excluida la división de automóviles de Volvo, que vendió a Ford en enero de 1999. En total, ambos grupos vendieron 128.833 vehículos pesados y 14.317 autobuses, con un beneficio bruto de 8.500 millones de coronas suecas (170.000 millones de pesetas). Volvo subrayó ayer que su intención no es absorber Scania, que se constituirá una unidad separada, con su propio Consejo de Administración, direccion ejecutiva y red de distribución. No se prevé ninguna reducción de personal a corto plazo, aunque la fusión permitirá ahorrar unos 10.000 millones de pesetas anuales a partir del tercer año con la compra conjunta de componentes y otras sinergias.

Para los analistas, la fusión Volvo-Scania abre la posibilidad de nuevas operaciones de este tipo en Europa. Aunque el exceso de producción no es tan evidente como en el mercado de turismos, el número de fabricantes de camiones es muy numeroso; los márgenes comerciales, muy estrechos, y las posibilidades de exportar, cada vez más difíciles. Europa cuenta con varias grandes firmas: DaimlerChrysler y MAN, en Alemania; Iveco, en Italia y España; Renault, en Francia y España; Volvo y Scania, en Suecia; Paccard-DAF, en Holanda, y todas compitiendo entre sí.

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