"Pido la cabeza de quien no sabe de danza y habla mal"

En defensa del arte que practica, Sol Picó alega que antes de hablar o caminar, los niños aprenden a bailar. Ella aprendió de bien pequeña en su Alcoy natal, se tituló en el Conservatorio Óscar Esplá de Alicante, perfeccionó su estilo en la Fàbrica Espai de Dansa de Barcelona y en París, a fin de iniciar su carrera como bailarina profesional. A sus 32 años puede presumir de haber dado clases de baile a los de la Fura dels Baus o compartir escenario con Els Comediants. Hoy es un referente en la danza contemporánea que ha puesto en pie a público de Europa y Nueva York. P. ¿Cómo llegó a la danza contemporánea? R. El clásico era la única manera de acceder al mundo de la danza. Con el tiempo vi que este estilo me quedaba estrecho. Yo tenía algo más dentro por sacar. El jazz fue la vía por la que entré a la danza contemporánea que para mí es la expresión total de la creación y la inspiración más inmediata. P. Sus espectáculos son una cascada de adrenalina. ¿Cómo se prepara? R. Con clases constantes y un trabajo físico de cuatro a cinco horas diarias. P. ¿También en agosto? R. Ahora tengo 10 días de vacaciones. El 10 de agosto me voy de gira a Holanda. Después a Italia, al Festival de Tàrrega, a París. Estoy entregada al repertorio de END (Esto No Danza) y al Razona la vaca. P. ¿Cómo le sentó no ganar el premio de la Generalitat valenciana por este espectáculo? R. Me aparto de la danza convencional y eso no tiene premios, a menos que muera. P. ¿Se ha de salir de esta Comunidad para triunfar? R. Desde Barcelona hay más acceso a Europa física y artísticamente. Personalmente me encuentro muy a gusto en Barcelona, que me dio la oportunidad de tener una compañía y me apoyó económicamente. P. ¿A quién enseñaría a bailar? R. A toda la gente que piensa que la danza es absurda o elitista. También estaría bien inculcarle un poco de ritmo a algún político, para que tuviera más flexibilidad a la hora de pensar. P. Imagínese Salomé, ¿qué cabeza pediría? R. (Ríe a carcajadas). La de algún crítico cuyo nombre no voy a decir. En general, la de quien no sabe de danza contemporánea y habla mal de ella.