Unión Fenosa recibe 1.400 reclamaciones por los daños causados por el apagón

Unión Fenosa se ha visto obligada a atender desde el sábado más de 1.400 reclamaciones por el incendio de la subestación del Cerro de la Plata. Los afectados exigen sobre todo el pago de los alimentos congelados y perecederos que se estropearon debido a las 17 horas que duró el corte del suministro eléctrico (afectó a 90.000 abonados). La compañía afirma que ya se han pagado en metálico o por transferencia 200 peticiones de pequeña cuantía. Un equipo de 37 inspectores se encarga de visitar los hogares en los que se reclaman daños por más de 50.000 pesetas.

Los afectados han utilizado de forma mayoritaria el teléfono (901 380 220) para solicitar el pago de la indemnización. De las 1.400 demandas contabilizadas hasta ayer, sólo unas 200 se atendieron en la oficina comercial de Unión Fenosa de la calle de Goya, 36. Las personas que acudieron a este centro pudieron llevarse el importe de la compensación en metálico. "El 30% de los afectados recibirá las indemnizaciones por transferencia bancaria mañana [por hoy]", señaló un portavoz de Unión Fenosa. Los responsables de atención al cliente de la compañía han creado un equipo de 37 peritos que comprueban en el domicilio de los afectados la veracidad de sus peticiones. Otros siete inspectores se encargan de atender a las industrias y comercios (el 5% de los clientes que se quedaron el sábado sin electricidad). El jefe comercial de Madrid de Unión Fenosa, Agustín Martínez Pérez, aseguró que para las cantidades pequeñas "no acudirán a los domicilios". "Confiamos en la gente. Las comprobaciones sólo se harán en caso de que lo solicitado sea excesivo. Para ello disponemos del registro del tiempo que duró el corte en cada zona", señaló Martínez. Las áreas más afectadas fueron la calle de Méndez Álvaro y los alrededores de la M-30, según Union Fenosa. Los directivos de la compañía descartaron ayer que el incendio fuese intencionado, aunque tampoco ofrecieron una hipótesis alternativa. Unos 200 operarios trabajan día y noche para arreglar la subestación y asegurar el suministro.