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El Teatreneu reabre sus puertas rehabilitado y con una oferta más amplia

Un año de obras y una inversión cercana a los 400 millones de pesetas. Estos datos resumen numéricamente la profunda rehabilitación experimentada por el Teatreneu, situado en el barcelonés barrio de Gràcia, que ayer reabrió sus puertas convertido en un centro cultural y gastronómico. El incremento de aforo de 100 butacas ha ido acompañado de la creación de un nuevo café teatro, un restaurante y un bar. A partir de ahora el local será también la sede del Museu Imaginari.

Cuando, en agosto del pasado año, el Teatreneu bajó el telón temporalmente por obras, sus responsables no imaginaban que la reforma pasaría por una transformación de tal magnitud. "Lo que me ocurrió fue que, a medida que los trabajos avanzaban, se iba descubriendo el pésimo estado de la construcción y la necesidad de reforzar sus estructuras", explicaba ayer Josep Salvatella, director del teatro. Así que se decidió convertir los inconvenientes en ventajas, se adquirió todo el edificio, con una superficie total de 1.600 metros cuadrados, y se derribó todo lo construido, "salvo la fachada, las cuatro paredes y las plantas", según precisó el director. Los trabajos de rehabilitación han permitido transformar totalmente la fisonomía de la sala Xavier Fàbregas, el corazón del antiguo teatro. De las 290 localidades de que disponía anteriormente se ha pasado a 372. Se ha cambiado todo el patio de butacas y se ha dispuesto en forma oblicua las paredes laterales para mejorar la sonoridad. Además, se la ha dotado de unos equipos de sonido e iluminación que Salvatella define como "los mejores que existen actualmente en el mercado". La sala se ha habilitado también de modo que pueda servir como escenario para retransmisiones televisivas en directo y también como centro para congresos y sesiones de trabajo, con una instalación que facilita la traducción simultánea. El artista Jango Edwards, con su espectáculo Klones, que podrá verse hasta finales de agosto, fue el encargado de inaugurar ayer la Sala Xavier Fàbregas. El cuidado equipo de luz y sonido se ha aplicado también en la nueva Sala Café Concierto, que la actriz Miryam Mézières estrenará mañana con su espectáculo En carne y sueños, programado también hasta finales de agosto. Este nuevo espacio, con una capacidad para 100 espectadores, presenta una estética un tanto underground que recuerda su antigua utilidad como taller para la construcción de escenografías, y acogerá hasta tres espectáculos en un mismo día. Pero además de las salas consagradas específicamente a la exhibición de espectáculos, el Teatreneu ha incorporado otros espacios con los que se pretende convertir el teatro en un activo punto de encuentro para todo tipo de públicos. El primero de ellos es el Bar L"Escenari, ambientado como un viejo teatro de finales de siglo pasado, con decorados de papel a punto para subir y bajar en cualquier momento y sus correspondientes hileras de focos. Situado en la planta baja, en la antesala del Café Teatro, el bar tendrá un horario extensivo: desde las 8 de la mañana hasta la madrugada. En su nueva etapa, el Teatreneu será también la sede barcelonesa del Museu Imaginari, una colección formada por copias legales de cuadros de los principales pintores de la historia, entre ellos Leonardo da Vinci, Degas y Toulousse Lautrec.

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