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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Programa piloto

Cuando Sofía Mazagatos metió la pata y dijo aquello de "estar en el candelabro" en lugar de "estar en el candelero" no podía imaginar que, años más tarde, Tele 5 emitiría un programa diario titulado En el candelabro. Pero el tiempo pasa, y mientras Mazagatos hace sus pinitos como actriz interpretando a una monja, su metedura de pata sirve para que la ubicua empresa Gestmusic recicle elementos de su producción anterior y los haga confluir en una propuesta que, según sus responsables, "pretende romper moldes en los debates televisivos y plantear puntos de vista diferentes en el tratamiento irónico y desvergonzado de las noticias del día". Traducido: elementos del Tot per l'audiència que presentaba Sardà en TV-3, unas gotas del Al ataque de Alfonso Arús, muchas piezas de Moros y cristianos, la presencia de un público casi tan temible como el de Furor y la oportunidad de ver a profesionales de la radio haciendo televisión son los ingredientes de este caldo catódico de medianoche. No hacía falta ser un experto en comunicación no verbal para darse cuenta de que, en su primera faena, el presentador Roberto Sánchez y su antagonista cómico Manuel Acedo lo pasaron fatal. Torear un dilema tan explosivo como si la inapetencia sexual puede deteriorar una relación de pareja resultó más difícil de lo que, sobre el papel, cabía esperar. Los nervios, lo que tardaron los invitados en calentarse, las ya interrupciones que obligan a levantar el tono de voz y convertir el plató en un congreso de histéricos no dejaron ningún margen a "puntos de vista diferentes" ni a "tratamiento irónico" alguno. El populismo, la demagogia de algunos invitados y de muchos miembros del público, las ganas de lucimiento de quien cree que puede acudir a un debate de dos horas con una frase resultona devoraron las buenas intenciones de En el candelabro. Confuso, largo, pesado a ratos, arrastrando un dinamismo basado más en la interrupción que en la variedad coherente, la primera edición de esta nueva propuesta noctámbula tuvo mucho de programa piloto, esos que se graban para aprender, ensayar, probar y rectificar. Afortunadamente, el verano es largo y esperemos que, entre todos, logren desarrollar los aspectos más interesantes de la propuesta: un intento de renovar el parque móvil de polemistas televisivos, no abusar del sobadísimo famoseo y decidir si Acedo es de verdad una mina de humor a explotar o, por lo contrario, un gracioso más.

[En el candelabro tuvo el lunes una cuota del 18%, con 987.000 espectadores].

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