Pujol: "No debemos asustarnos más de la cuenta"

"Maragall es un hombre importante, pero no debemos asustarnos más de la cuenta porque, con el mayor respeto, estas elecciones las ganaremos o las perderemos nosotros". Jordi Pujol expresaba anoche en TV-3 cómo ve a su más directo contrincante, Pasqual Maragall. La entrevista al presidente de la Generalitat, habitual en esta época, según el moderador de la cadena autonómica, Josep Puigbó, suscitó críticas tanto del Partido Popular como del Partit dels Socialistes. El PSC no puede entender que el presidente esquive el Parlament y, en cambio, se prodigue televisivamente.

La de ayer era una entrevista esperada. Pujol había insinuado el pasado fin de semana su intención de no volver a concurrir a unas elecciones después de las de este otoño. Pero no quiso revelar la fecha de las próximas elecciones. Anoche el presidente de la Generalitat optó por unas respuestas expositivas de grandes principios, dispuesto como estaba a mostrar que su Gobierno quiere un Estado de bienestar que ayude más -en espejo francés- al sidoso marginado de Aubervilliers que al ejecutivo que se resfría esquiando en Courchevel. Pujol, pues, prefirió hablar de su proyecto de Estado de bienestar antes que entrar a fondo en temas coyunturales, a pesar de la insistencia de los periodistas Antonio Franco y Vicent Sanchís, directores de El Periódico de Catalunya y Avui, respectivamente. Así evitó nuevamente precisar la fecha de las próximas elecciones y hablar de sucesión o de número dos en las listas del próximo otoño. "No es el momento de aclarar quién será el número dos", afirmó el presidente de CDC después de recalcar que ni la Generalitat, ni Cataluña, ni su partido son una "monarquía hereditaria", aunque si el nombre del algún consejero sacó a colación fue precisamente el de su delfín, el responsable de Economía, Artur Mas. Pero el énfasis del discurso de Pujol residió anoche en las grandes ideas expresadas a través del sidoso del suburbio parisiense de de Aubervilliers y el ejecutivo resfriado de la estación de esquí de Courchevel. "Mi deseo es aferrarme al territorio y a las personas. Vengo del personalismo de Emmanuel Mounier, que declara que no hay ningún partido, ninguna ideología, ninguna religión que valga la pena si no supone un beneficio concreto para la personas". Y en ese beneficio anda empeñada Convergència i Unió, a la que Pujol, según confesó anoche, quiere dejar bien encarada hacia el siglo XXI. "Nosotros queremos un trato más justo para los ciudadanos de Cataluña; ya veremos si rebajamos nuestra propuesta de pacto fiscal o nuestras peticiones en un 20% o un 30%. Los países son asimétricos y cada uno tiene sus necesidades, y todo está en función de que nuestro catalanismo de centro tenga fuerza para hacerse oír", subrayó. Después repasó los pactos. Explicó que CiU apoya al PP para garantizar la estabilidad y en cambio el PSC quiere utilizar Cataluña -según declaró un dirigente socialista, apuntó Pujol - como trampolín a La Moncloa. Después llegó el turno final, dedicado al candidato Maragall, y ahí fue donde la entrevista adquirió mayor tono. Pujol quiso dejar claro que Maragall no es imbatible, porque su correligionario Joan Clos ha obtenido mejores resultados. La entrevista de Pujol provocó críticas como la del presidente de Grupo Popular en el Parlament, Josep Curto, que acusó a Pujol de utilizar TV-3 en propio beneficio y con fines partidistas. En su opinión, la entrevista de anoche es una señal de la debilidad del presidente catalán y de CiU.