_
_
_
_
_
Entrevista:

JULIO MARTÍNEZ VELASCO AUTOR Y CRÍTICO TEATRAL "Respeto el trabajo de los demás porque reconozco el esfuerzo"

Margot Molina

Julio Martínez Velasco sabe muy bien qué es ser cocinero antes que fraile. En 1944 firmó su primera crítica teatral, algo que continúa haciendo con tan buen acierto que, según dicen y a pesar de su trabajo, no se le conocen enemigos. Autor teatral, titiritero y gran impulsor del teatro infantil en Andalucía, Martínez Velasco (Sevilla, 1925) es el gran protagonista de la 16ª Feria de Teatro en el Sur de Palma del Río (Córdoba). Los teatreros le rindieron homenaje el pasado martes desde el escenario del Coliseo con, entre otras muchas cosas, una lectura dramatizada de su obra La otra tragedia del 98, que montó Emilio Hernández, director del Centro Andaluz de Teatro. Además de escribir medio centenar de obras, de las cuales 20 han recibido premios, fundó La Pipirijaima del Titirimundi, compañía que ya ha entrado en la historia del teatro español y con la que recorrió Sevilla junto a su mujer y su hijo. Pregunta. ¿Cuál ha sido el gran cambio del teatro andaluz? Respuesta. Nuestro teatro ha evolucionado al igual que el resto de la sociedad. A una sociedad anquilosada como la franquista le correspondía un teatro anquilosado; ahora vivimos en una sociedad abierta y eso lo refleja también el teatro. P. ¿Por qué Andalucía no ha sabido explotar su potencial creativo? R. Por la falta de infraestructuras que padecíamos antes. Ahora hay más teatros que nunca, pero estamos a años luz de otras comunidades. El teatro no ha sabido explotar suficientemente el potencial creativo de esta tierra. P. Además de teatro para niños, también ha escrito para adultos, pero no ha firmado nada desde 1982, cuando estrenó La hermosa hembra en el Lope de Vega. ¿Ha dejado la escritura dramática? R. Sí, no escribo nada desde entonces porque, a partir de los ochenta, el teatro cambia de rumbo. Lo que demandaban entonces las compañías eran autores que participaran en el proceso de creación, no un autor como yo, que me sentaba ante una máquina de escribir y luego le entregaba el texto terminado al director. P. Además de obras magníficas, habría visto mucho teatro malo, ¿no se cansa de la eterna crisis del sector? R. Nunca, en el teatro siempre se aprende. Si la obra es buena, se aprende cómo ha de hacerse y, si es mala, lo que hay que evitar. Todas las veces que me siento en la butaca son fecundas. P. ¿Cómo ha hecho crítica de teatro durante 50 años y no tiene enemigos? R. Siempre respeto el trabajo de los demás porque reconozco el esfuerzo que supone subir a un escenario, todo lo que tiene detrás. Además, es importante no escribir la crítica inmediatamente después de la representación, porque entonces estás sujeto a indignación o entusiasmo, por eso creo que las críticas deben salir a las 48 horas, para que dé tiempo a reflexionar y sean más objetivas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_