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Los ministros arropan al presidente

Nueve mienmbros del Gobierno Aznar acuden a la jura de Ruiz-Gallardón

Vicente G. Olaya

Alberto Ruiz-Gallardón juró ayer su cargo como presidente de la Comunidad de Madrid tras revalidar su mayoría absoluta en las elecciones del pasado 13 de junio. A la ceremonia, celebrada en el patio central de la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional, en la Puerta del Sol, asistieron centenares de invitados (más de los esperados). Entre ellos, nueve de los 14 ministros del Gobierno de José María Aznar, incluido el vicepresidente Francisco Álvarez-Cascos. También acudió el secretario general del PP, Javier Arenas, la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre y el del Congreso, Federico Trillo, y dos presidentes autonómicos (el socialista de Castilla-La Mancha, José Bono, y el popular de Castilla y León, Juan José Lucas). Álvarez Cascos aclaró que tantos apoyos gubernamentales y partidistas deben interpretarse dentro del marco de relaciones institucionales y no como "apoyos incondicionales", ni como "cheques en blanco" a posibles reivindicaciones de la Comunidad de Madrid frente al ejecutivo de José María Aznar. Hizo estas manifestaciones poco después de que Ruiz-Gallardón hubiera recordado en su discurso de toma de posesión unas palabras de Miguel de Cervantes: "Yo sé quién soy, y también sé qué puedo ser". Es fiscal en excedencia y presidente de la Comunidad. Y puede ser fiscal en activo o presidente del Gobierno de la nación, según sus propios planes. Su discurso siguió: "Subir los peldaños del éxito supone arrastrar un rumor de ilusiones marchitas y de nostalgias (...) sólo tropieza el que va por delante". El presidente regional lleva tiempo señalando que no se presentará a la relección en el 2003 y que tiene sus miras puestas en la sustitución de Aznar.

Más conciliador que Álvarez Cascos se mostró el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, quien destacó que el presidente regional no necesitaba ningún respaldo "singular", porque lo tenía "claro y expreso" por parte de los madrileños.

A pocas bandejas de distancia, los cargos de confianza de del presidente regional y el propio Ruiz-Gallardón mostraban su satisfacción por la presencia de tanto ministro. Uno de ellos recordó además que Cristina Almeida, portavoz del grupo parlamentario PSOE-Progresistas, le había echado en cara el día anterior al presidente regional que ningún alto cargo del PP había estado junto a él en el pleno de investidura. "La próxima vez que diga algo parecido, se lo volverá a pensar", señaló el vengativo consejero.

La presidenta del grupo PSOE-Progresistas no acudió al acto por razones muy personales. Su ausencia se debió a que "institucionalmente no se sentía obligada a asistir, sobre todo después de la actitud mostrada por Ruiz-Gallardón durante el debate de investidura", señaló uno de sus colaboradores. Sin embargo, según Luis Eduardo Cortés, consejero de Obras Püblicas y desde hoy vicepresidente del Gobierno regional, "los debates forman parte de los trámites de la política y no deben ser motivo de enfado". "Los políticos estamos acostumbrados a olvidar al día siguiente los debates, por muy tensos que sean", arguyó. Pedro Calvo, portavoz del PP en la Asamblea, fue más lacónico: "Almeida empieza mal". Quién sí estuvo en la toma de posesión fue el portavoz parlamentario de IU, Ángel Pérez, que justificó así su presencia: "Es un acto protocolario de gran importancia, porque era la toma de posesión del presidente de todos los madrileños" y hay que aceptar las conclusiones democráticas".

El alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano, felicitó ayer a su "compañero y amigo" Alberto Ruiz-Gallardón, aunque auguró que en los próximos cuatro años, como en los cuatro anteriores, "surgirán incidencias", que no se resolverán hasta que Madrid cuente con la "ansiada" Ley de Capitalidad, que "delimite muy bien las competencias de cada cual para que no surjan fricciones". El ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, tuvo problemas para zafarse de los periodistas que se le echaron encima. Finalmente, acosado, se rindió y habló de Barajas. "Ruiz-Gallardón y yo estamos de acuerdo en todo, lo que pasa es que, a veces, los medios crean una realidad virtual que no responde a la verdadera realidad". Pero los medios de comunicación no se dieron por satisfechos y siguieron preguntando sobre las desavenencias entre ambos políticos a la hora de fijar los plazos para la construcción del aeropuerto de Campo Real. "Eso es la vida misma, no pasa nada por no estar de acuerdo en un punto concreto. Estamos de acuerdo en lo sustancial: hay que ampliar Barajas y hay que hacer Campo Real, lo demás es secundario". Y luego bromeó: "Ustedes, como siempre, venga a darle" e hizo con la mano un gesto que podía significar tanto que se estaba aprentando un tornillo ya prieto o que se estaba urgando en una herida entre dos Gobiernos.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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