La oposición vence al PRI en el Estado de Nayarit con una candidatura conjunta
La Alianza para el Cambio, la primera experiencia de una plataforma opositora en México, consiguió su primera victoria sobre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones para gobernador en el noroccidental Estado de Nayarit. En el importante Estado de México, vecino de la capital, el priísmo ganó en unos apretados comicios, sobre todo porque la oposición acudió separada y el sistema jugó con todos los recursos a su alcance.
La primera lección de la jornada dominical, de acuerdo con diversos analistas, es que la oposición debe buscar la unidad para tener oportunidad de derrotar al PRI en los comicios presidenciales del año 2000, como lo demuestra el experimento de Nayarit, pues en caso contrario el sistema priísta "jugará a fondo" para alargar sus 70 años de poder en México. Las encuestas publicadas hasta ahora apuntan a que una coalición lograría alrededor del 45% de los votos en las elecciones presidenciales del 2000. En Nayarit, unidos con otras fuerzas pequeñas, los partidos Acción Nacional (PAN, conservador) y de la Revolución Democrática (PRD, centroizquierda) demostraron que la unidad es el camino para derrotar al PRI. Al mismo tiempo comprobaron en el Estado de México que al acudir por separado a las urnas propician el triunfo priísta. La "gran triunfadora" de la jornada, dijo el politólogo Jorge G. Castañeda, fue la Alianza, pues demuestra que los votantes apoyan a una coalición.
Antonio Echevarría, un acaudalado hombre de negocios y exmilitante del PRI, llevó a la Alianza a la victoria en Nayarit, con cerca del 50% de los sufragios, frente al 45% del priísta Lucas Vallarta. Mientras, el Partido Revolucionario Institucional reclamó el triunfo en el Estado de México para su candidato Arturo Montiel, quien, según los recuentos oficiales, marcha en cabeza con el 40% de los sufragios. El panista José Luis Durán se quedaría en el 35%, y el perredista Higinio Martínez, con el 21%.
Trabas al fraude
La Alianza para el Cambio, afirmó el presidente del PRD, Pablo Gómez, permitió cerrar el paso a los operativos de fraude del PRI, acciones que iban de la compra de votos hasta las amenazas en contra de quienes parecían inclinarse por la unión opositora. Pero, en el Estado de México, afirmó Gómez, "no ganó el PRI". "Vimos otra vez un robo, un nuevo secuestro de la voluntad popular. Se usaron los mismos métodos de compra de votos". El presidente del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, aseguró que la pelea por el Gobierno en este Estado todavía es muy cerrada, pues -según cifras de su partido, que ha contabilizado alrededor del 60% de las actas- el priísta apenas supera por dos puntos al candidato panista, por lo que el resultado todavía está en el aire.
José Antonio Fernández González aseguró que el triunfo del PRI en el Estado de México es inobjetable e irreversible. Pero admitió que se trató de "unas elecciones muy competidas, pero confirman la fortaleza del PRI con miras al 2000", cuando los mexicanos elegirán presidente. Sobre los comicios en Nayarit, se limitó a señalar que se reconocerá la derrota o se reclamará la victoria conforme se conozcan los números oficiales, los mismos que ya favorecen parcialmente a la coalición.
La organización no gubernamental Alianza Cívica denunció que las anomalías encontradas en los comicios del Estado de México no fueron graves. "Los casos que se presentaron fueron menores y aislados, lo que puede significar que personas del partido que ha ostentado el poder [PRI] siguen intentando maniobras para conservar el poder".
El Estado de México, que prácticamente rodea a la capital mexicana, es el más poblado del país y es visto tradicionalmente como un gran laboratorio de cara a las elecciones presidenciales.
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