En conexión con la poesía
La gran mayoría de los compositores tienen un especial interés, sienten pasión, por la palabra poética. Rafael Castro lo hace especialmente, con la elección de textos que le acercan a la temática de los autores de su contemporaneidad y de su entorno más cercano. Incluso lo hace con la presencia del poema, favoreciendo la creación de recursos musicales de probada originalidad. Así, tiene obras dedicadas a Gabriel Aresti (una de ellas, "Nora?", de 1963, que ha sido considerada como "el punto de partida de la nueva música vasca"), Miguel Hernández, Blas de Otero, José María Basaldua, Vidal de Nicolás, Alfonso de Irigoien, Gerardo Diego, Gabriel Celaya, García Lorca, Machado, y también Rilke, Pinter, Allan Poe, Bergamín, Quevedo... Los críticos han dicho que esa tensión que Castro utiliza entre expresividad personal y control semántico es uno de sus principales valores como compositor. Versos con música. Ideas interpretadas y/o cantadas. "Yo creo", dice, "que el compositor intenta dotar a su obra de un sentido emocional con arreglo a algo que no sea simplemente su propia necesidad inmediata de crear. Quien compone lo hace compartiendo lo que vive, lo que ve o lo que lee y una composición no tiene nada que ver con lo casual". Ese talante, esa emoción por lo creado por otros desde la literatura, la ha tenido Rafael Castro desde que comenzó a escuchar y sentir la música, en su casa, de niño: "Siempre me ha atraído muchísimo. Lo cierto es que ese acercamiento y esa conexión entre la literatura y la música la han tenido la mayoría de los compositores. Y me soprende negativamente aquel músico que no ha estado cerca del verbo, de la palabra escrita".
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