Reuniones vigiladas
Gil y los italianos se vieron las caras muchas veces. El informe policial las relata una a una y da todo lujo de detalles. Cada vez que se citaban, los agentes a las órdenes del comisario Francisco García Parra acudían al escenario sin ser invitados. Tras dos años de investigación, la operación policial se abortó por la intervención de una juez de Marbella. Blanca Esther Díez detuvo, en 1993, a Ramírez y a los dos italianos por la venta ficticia del Casino de Marbella. Tras salir de prisión, radicaron sus sociedades en paraísos fiscales y cambiaron todos los teléfonos. Garzón y la justicia italiana archivaron el caso ante la alerta de los investigados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.