La asamblea del Supremo decide ser cauce de las inquietudes del Tribunal

La polémica asamblea de magistrados del Tribunal Supremo, vista con preocupación desde el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y que "carece de sentido", según la asociación judicial mayoritaria, reafirmó ayer su existencia en una reunión, celebrada en la sede del tribunal, con 42 magistrados representados. La asamblea acordó servir de cauce de las inquietudes del Supremo ante su sala de gobierno y, para empezar, pidió mejorar la biblioteca y la informática y un letrado que asista a cada juez.

Los 42 magistrados que integraron ayer la asamblea, entre presentes y representados -sobre un total de unos 80 que integran las cinco salas del Supremo-, reafirmaron su derecho a reunirse en la sede del tribunal, "siguiendo el uso establecido hace más de cuatro años, con la finalidad de reflexionar sobre los asuntos que atañen a su funcionamiento", según comunicaron anoche. Los reunidos tomaron conciencia de la reciente elección de la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, en la que, de sus cinco miembros elegidos, tres pertenecen al denominado movimiento asambleario, que promovió el estatuto de los magistrados del Supremo desde la filosofía de "una magistratura de ejercicio" y logró una importante subida de sueldos: Ramón Trillo, José Manuel Sieira y Víctor Fuentes.

En el origen de estas asambleas se encuentra, según fuentes del Supremo, la pasividad de su sala de gobierno respecto a los problemas de los magistrados del Alto Tribunal. De ahí que, una vez que tres de sus dirigentes se han integrado en dicho órgano, los reunidos ayer, "a la vista" de "la nueva sala de gobierno, reiteran su deseo de que estas reuniones sirvan de cauce para transmitir a aquélla las inquietudes del Tribunal". Y ahora, con mayor esperanza.

Reclamaciones prioritarias

Como reclamaciones que estima prioritarias, la asamblea considera las que se refieren "a suplir las carencias de la biblioteca y de la informática del Tribunal, así como la urgencia de dotar a cada magistrado de la asistencia de un letrado que le permita a aquél concentrarse en su función constitucional de unificar los criterios del ordenamiento jurídico, garantizando así a los ciudadanos los principios de seguridad jurídica y de igualdad en la aplicación de las leyes". En la reunión de ayer no se abordó una cuestión a la que, sin embargo, no renuncia la asamblea del Supremo: que se oiga a los magistrados de cada una de sus cinco salas antes de que el CGPJ designe nuevos magistrados con destino a ellas. Esa propuesta ha sido criticada desde sectores judiciales que reafirman la competencia del órgano de gobierno de los jueces para tales nombramientos y ha sido evaluada por el portavoz del CGPJ Benigno Varela como "una antigua pretensión que hasta ahora no ha cuajado". La gran mayoría de los asistentes pertenece a la Sala Tercera, de lo Contencioso-Administrativo, de la que surgió este movimiento asambleario, considerado desde la izquierda judicial como demasiado corporativo, mientras desde la mayoritaria y conservadora Asociación Profesional de la Magistratura, hasta ahora hegemónica en la sala de gobierno, se considera que la asamblea "carece de sentido".