El Círculo de Bellas Artes reforma su sala de columnas y su cine con 300 millones
El Círculo de Bellas Artes someterá este verano a su emblemática sede, construida en 1929, a las primeras obras de reforma. En sus setenta años de historia tan sólo se han llevado a cabo pequeños trabajos de carácter urgente. Los responsables de la institución quieren ahora adecuar este edificio a las necesidades de la cultura contemporánea madrileña. Con 300 millones, este verano se reformarán la sala de columnas y el cine estudio, primera fase de unas obras de modernización fruto de un convenio con la Comunidad de Madrid, que financia todas las mejoras.
El pasado febrero, la Comunidad de Madrid se comprometió a aportar 1.000 millones de pesetas en diez años para modernizar este edificio de la calle de Alcalá, concebido en su origen por el arquitecto Antonio Palacios como un gran casino. Nada que ver con las necesidades actuales de esta institución que, durante años, ha arrastrado serios problemas económicos. La falta de dinero ha sido también la culpable del deterioro del edificio, en el que sólo se ejecutaron obras "en plan chapuza", según apuntó ayer su presidente, Juan Miguel Hernández de León. "Intentaremos recuperar y ordenar las proporciones grandes y hermosas del edificio", declaró Hernández de León.
Dentro de quince días comenzará la primera fase de las obras del Círculo, que se desarrollarán aprovechando el cierre del centro en agosto. Se gastarán 300 millones, cantidad que corresponde a la aportación que recibirá el Círculo en tres años. Según la dirección del centro, los trabajos finalizarán en septiembre y en ningún caso afectarán a la actividad normal de la institución. Hernández de León pronosticó ayer que en cuatro años habrá concluido la modernización del Círculo de Bellas Artes. "Haremos la totalidad de las obras en tres fases, que se pagarán en diez años. La previsión es que en cuatro años estén acabadas", apunta el presidente.
A la sala de columnas se le quiere devolver su imagen original. "Es uno de los espacios más conocidos y más desconocidos de la casa. Casi nunca se puede contemplar su imagen original. Ahora hay elementos que ocultan sus detalles y su diseño original, que es verdaderamente esplendoroso", expone Ángel Luis Fernández, el arquitecto conservador del Círculo. El espacio que pretenden modernizar fue en su origen una sala de juegos; ahora se usa para representaciones teatrales y otros actos. Se construirá un escenario nuevo que llevará un sistema para que pueda desaparecer cuando no sea necesario. De esta forma se verá el magnífico espejo que hay detrás del actual. Se harán camerinos nuevos, se eliminarán los falsos techos, se recuperará su gran ventanal, se cambiará el suelo y se conectará esta sala con el vestíbulo de la fuentecilla con una puerta nueva.
La sala de columnas contará con nuevas salidas de emergencia en sus laterales. "Tras las obras se podrá usar para más actividades y admitirá más público", explicó el arquitecto. Además, este espacio recuperará su gran lámpara de araña, desmontada en un sótano.
Más aparatosa es la obra que afectará al cine estudio Bellas Artes, una sala de aspecto descuidado y triste que acaba de incorporarse a esta institución para la exhibición de ciclos, cortos y trabajos de nuevos realizadores. Este verano se recuperará su marquesina, se sacará la taquilla a la calle y se abrirán dos puertas laterales. Se creará también un vestíbulo diáfano mayor del actual, para lo que será necesario disminuir en unas 30 butacas el aforo de este cine, con capacidad en estos momentos para 230 personas.
Se reformará también el viejo bar y se modificará su acceso, ya que ahora es necesario atravesar el patio de butacas. La reforma afectará también a los aseos y a la sala de proyecciones. Se abre una nueva salida de emergencia y, además, se conectará el cine con el interior del edificio del Círculo de Bellas Artes.
Doce minicines en San Blas
Por otra parte, San Blas contará a partir de septiembre con 12 salas minicines, situadas en el centro comercial Las Rosas, del grupo Continente, según explicó ayer el concejal del distrito en funciones, Isaac Ramos, informa Europa Press. Indicó que se trata de una "buena noticia" para todos los vecinos de San Blas, ya que llevaban más de 30 años sin poder disfrutar de una sala cinematográfica en su propio distrito. "San Blas es uno de los pocos distritos madrileños que lleva más de 30 años sin salas de cine", dijo Ramos. "En su momento tuvo tres salas muy importantes: Pegaso, Alaska y San Blas, pero la primera fue cerrada hace 30 años; la segunda, situada en Canillejas, fue clausurada hace unos 40 años, y la tercera se cerró hace 32 años".
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