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Espectacular fuga en helicóptero de un jefe de la mafia marsellesa

Un cabecilla de la mafia marsellesa, Angel Buresi, condenado por homicidio, se fugó el sábado por la tarde de la prisión de Baumettes en un helicóptero que acudió puntual a la cita convenida, en el patio de la cárcel, a la hora del paseo. Tres de sus compañeros de fuga fueron heridos y detenidos, y un cuarto, Jean-Louis Raphael, penado con una condena que expiraba en el 2002, perdió la vida en el intento. La sorprendente fuga comenzó con el secuestro del helicóptero y de su piloto.

Como en la película de Maroum Bagdali La hija del aire (inspirada en un caso real), el cielo se abrió excepcionalmente el sábado para los 1.800 reclusos de Baumettes (Marsella), pero sólo uno de ellos respira ahora los aires de la libertad. La prisión parecía envuelta en el sopor de un tarde calurosa, cuando un helicóptero detuvo su vuelo sobre la vertical del patio a unos metros del suelo y largó un cable al que se aferraron inmediatamente Angel Buresi y Thierry Derlan, un elemento conocido en los círculos del hampa de Niza. Tres reclusos, que no quisieron dejar pasar la ocasión, se sumaron a la aventura en el momento en que el helicóptero reemprendía el vuelo bajo los primeros disparos de los vigilantes de la cárcel. Jean-Louis Raphael, condenado por tráfico de coches robados, fue el último en asirse al cable y, aparentemente, el primero en ser alcanzado por los disparos.

El herido fue transportado por el aire con un pie prendido del extremo del cable, mientras sus compañeros de fuga viajaban en el helicóptero. Los prófugos llegaron a Cassis, a cinco minutos de vuelo. Tras poner en libertad al piloto, secuestrado para la ocasión, tres de los cinco evadidos se apoderaron de un Renault Clio y, ya en Marsella, con la policía pisándoles los talones, de un Renault Espace que tropezó de frente con una barrera de la Brigada Anticriminal.

Cercados, los evadidos sacaron sus armas, pero la policía se les adelantó. Thierry Derlan cayó el primero, alcanzado en una rodilla. Un balazo le fracturó el brazo a Yann Gautier y una tercera bala le atraviesó la garganta a Robert Allouache. Mientras los reclusos eran conducidos al hospital, los gendarmes encontraron en las inmediaciones del aéroclub de Castillet el cadáver abandonado de Rapahel.

Hasta el momento, no hay rastro del quinto fugado, Buresi,ni de su cómplice, el individuo que, acompañado por una mujer de buena presencia, contrató el mismo sábado un helicóptero con piloto para lo que debía ser un paseo tranquilo. Según el relato del piloto, en cuanto el helicóptero ganó altura, el hombre sacó una pistola y se la colocó en la cabeza, mientras la mujer extraía de su bolsa varias armas y un cable. Cientos de policías le buscan por toda la zona.

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