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DANZA

Sólo cuatro salas de teatro de la capital abren en julio y agosto

En verano cambian las obras en la mayoría de los teatros de la ciudad. Las que interpretan los actores encima del escenario dejan paso a otras de las que se ocupan albañiles. Es el caso más frecuente en las salas madrileñas que cierran en verano. Tan sólo cuatro espacios, de los 37 de la capital, no interrumpen su actividad en julio y agosto, aunque algunas salas optan ya por cerrar sólo durante un mes, a la vista de que el público no deserta del todo. Parte de la actividad escénica veraniega son los Veranos de la Villa, que organiza el Ayuntamiento de Madrid.

- Siempre abiertos. Sólo cuatro salas deciden continuar incesantemente activas durante julio y agosto. Una de ellas es municipal, el Centro Cultural de la Villa, que un año más ofrece su tradicional temporada de zarzuela. Esta vez se han elegido siete títulos, de cuya representación se ocupa la Compañía Lírica Española. Entre ellos, Doña Francisquita, La pícara molinera, La Revoltosa, o La canción del olvido. El teatro de La Latina tampoco cierra. Hasta el 29 de agosto se mantendrá en cartel la versión del Tartufo de Molière, que ha realizado Fernando Fernán-Gómez.

En septiembre estrenará una obra Raúl Sender. "Es muy raro que La Latina cierre en verano. Suele ir bien de público", dicen en este teatro, considerado uno de los más castizos.

Otra de las perennes es El Canto de la Cabra, un espacio alternativo que ha convertido en tradición sacar su escenario al aire libre, a la placita que tiene al lado. Allí representarán este año, del 1 al 25 de julio, la obra Molly Bloom, inspirada en el Ulises de James Joyce. La interpreta la compañía Agerre Teatroa, de Euskadi. Del 6 al 29 de agosto ocupará la escena el Teatro Quetzal, una compañía de Costa Rica que llega con Memorias del ombligo del mundo. La dirección de esta sala asegura que los meses de verano resultan rentables.

El tercer espacio de este apartado es la sala Pradillo, que este año acoge el Primer Encuentro de Escuelas de Teatro de la Comunidad de Madrid (del 29 de junio al 11 de julio), en el que participan seis grupos. Del 14 de julio al 28 de agosto está prevista la obra De frailes y monstruos, un espectáculo que consta de dos obras cortas de Francisco Nieva dirigidas por Adolfo Simón. Y el verano termina en la Pradillo con un ciclo de flamenco llamado La otra mirada del flamenco, porque está dedicado a creadores de estilo contemporáneo. Este año se presenta la compañía del bailaor Joaquín Ruiz (del 18 al 29 de agosto).

El teatro Lope de Vega, que durante los dos últimos años había ofrecido espectáculos de ballet clásico, decide ahora echar el cierre.

- Abiertos en julio. Una ventaja de la cartelera madrileña es que no coinciden los cierres. Sin que exista una explicación lógica, unos teatros prefieren cerrar en julio, otros en agosto. Los hay que cierran los dos meses. De forma que siempre hay posibilidad de elegir entre varios montajes. La mayoría, con todo, elige agosto para las vacaciones. El teatro Alfil aprovechará para obras pequeñas. "A poner el teatro patas arriba. Nos tenemos que poner al día en temas de seguridad, aire acondicionado. No tenemos más remedio que cerrar, pero nos estamos planteando continuar la actividad con otro tipo de programación. Cada vez se queda más gente en la ciudad los meses de verano", opina la dirección.

Este año, el Bellas Artes ha alargado su programación hasta la primera semana de agosto con espectáculos de flamenco. A Flamenco, de Ricardo Franco, le sucederá la compañía de Lola Greco con un espectáculo nuevo que se llama Raza (del 6 al 18 de julio). Y, hasta el 8 de agosto, otro número con varias artistas flamencas que se llama Hasta aquí hemos llegado.

El Infanta Isabel, por su parte, termina la temporada con Va de tango. El Albéniz con el certamen coreográfico de danza española y reabrirá el 1 de septiembre con el Ballet Nacional de Cuba. El Nuevo Apolo también se despedirá con danza, concretamente con Carmen de Bizet, a cargo de la compañía de Paco Mora.

- Abiertos en agosto. Para los responsables de Ensayo 100, agosto es un mes más interesante que julio, "porque viene gente de fuera". "Julio es un mes más soso. Por eso cerramos ahora", dicen en este teatro, que dedicará sus vacaciones a cambiar el suelo del patio de butacas y el escenario.

En agosto reponen Diktat, de Enzo Cirmann. En julio cierra el teatro de Cámara, que a partir del 18 de agosto ofrecerá Los entremeses de Cervantes. "Antes estará cerrado pero habrá ensayos", dicen en la sala.

El teatro Reina Victoria tiene unas vacaciones parecidas ya que permanecerá cerrado hasta el 19 de agosto, que es cuando llega Entre amigas, una obra de Jaime Salom.

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