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Entrevista:

ELENA SIMÓN FEMINISTA "Cuando una pareja no se entiende, debe negociar"

Más de 20 años trabajando con grupos de ambos sexos sobre las relaciones entre hombres y mujeres dan, sin duda, para escribir más de un libro. El primero ya está aquí: La democracia vital. "Es una propuesta", dice su autora, Elena Simón (Alicante, 1946), "para remodelar los principios democráticos". "Hoy la democracia", añade, "hace posible un nuevo contrato entre individuos libres e iguales, que permite mejorar las condiciones de vida personal y política de cara al tercer milenio". Simón, madre de dos hijos, profesora, ha venido a Sevilla para hablar de lo que más le preocupa: las relaciones interpersonales, la coeducación, el lenguaje... Pregunta. ¿Qué entiende usted por feminismo? Respuesta. Una vía de reflexión. La posibilidad ideológica de reconocernos como iguales. Yo no creo en eso de las medias naranjas que se complementan; más bien, diría, que cada persona es una naranja entera. P. Y, claro, los hombres al darse cuenta de esto se han descolocado. R. En cierto modo, sí. La necesidad de reconocer al otro, en este caso a la mujer, como un ser con capacidad para decidir por sí misma, requiere una actitud nueva de los hombres que muy pocos han entendido todavía. P. La Generación de Mayo del 68 quería cambiar el mundo. ¿Qué queda de aquel proyecto común entre hombres y mujeres? R. Divorcios. Es asombrosa la metamorfosis que han sufrido los varones que fueron nuestros compañeros de viaje, de lecho, de algarada. De puertas adentro, no quisieron cambiar para seguir mirándonos como sus iguales, cuando nos convertimos en las madres de sus hijos. Y, de puertas afuera, no supieron modificar el estilo de hacer y de actuar cuando alcanzaron cotas de poder. P. Entonces, ¿no queda nada? R. Bueno, nos quedan experiencias, que nos ha servido, sin duda, para alcanzar la igualdad que ahora disfrutamos. P. Una igualdad que, quizá, sea más ficticia que real. R. Claro. Lo cierto es que si analizamos los proceso de socializacion, el lenguaje, las formas de entender y de vivir la sexualidad, la división del trabajo... siempre subyace el dominio masculino. P. Desde la perspectiva feminista, cuando una pareja no se entiende, ¿cómo lo resuelve? R. Un conflicto nos permite siempre avanzar, crecer, cambiar... Por tanto no es malo; aunque normalmente lo identificamos con fracaso. Desde luego el silencio es lo peor. La solución puede ser múltiple: acomodarse, huir, enfrentarse... Lo correcto es negociar. P. ¿A los varones le interesa la igualdad? R. Mi experiencia me dice que cuando descubren el feminismo, se enganchan; sí, les interesa. Aprenden a ver la vida de forma diferente.

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