La italiana "Ospiti" destaca en la mediocre sección oficial
Cerca del final del certamen, Cinema Jove sigue sin ofrecer esa película de calidad que las previsiones de quienes elaboraron la selección oficial prometían. En los filmes vistos hasta ahora, sólo hay aciertos aislados que flotan en medio de un mar de buenas voluntades y mediocridad. De todo lo presentado, la italiana Ospiti, de Mateo Garrone, es la que mejor impresión ha causado, precisamente por su falta de pretensiones. Es un fresco de la realidad cotidiana, pintado un poco a la manera de Jim Jarmusch y un poco a la de Nanni Moretti. La vida diaria de dos emigrantes albaneses insólitamente instalados en pleno centro de Roma y sus relaciones con los vecinos es retratada por medio de una realización tosca, casi rudimentaria, cercana al documental, que adhiere la cámara a los rostros de los personajes sin caer en la tentación de la denuncia social, lo que le hace correr el peligro de parecer superficial. Nicolás Acuña es el director más joven de cuantos participan en la sección oficial. Su Cielo ciego acusa la bisoñez del primerizo. Es un film con graves problemas de narratividad, donde el punto de vista se difumina demasiado a menudo y los personajes se quedan en la anécdota por culpa de la indefinición de quien debe retratarlos. El retrato familiar de una chapucera banda de delincuentes chilenos acusa una excesiva dependencia del culto a la violencia y de la fijación en el detalle morboso. Sin embargo, tras esa algarabía de imágenes dispersas, se aprecia un meritorio trabajo de montaje cuyo reflejo sólo maquilla en parte el resultado final.
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