Condenados a la promoción

Un empate inútil que no permite ni al Extremadura ni al Villarreal eludir la promoción. Tuvo el encuentro el desasosiego propio de su trascendencia. El Extremadura acarició la salvación directa, pero erró en el momento más decisivo. Actuó cohibido, con una predisposición emocional distinta a su conocida imagen. Sólo mostró descaro, ganas y voluntad de triunfo en los últimos cinco minutos. Superó el 0-2 en contra y generó un soplo de ilusión en la grada. Se intuyó el milagro. Demasiado bonito para ser realidad. Tanta especulación terminó con una dura bofetada que, a pesar de todo, no debe restar méritos a un conjunto cuyo primer objetivo era salvar el descenso directo.

Comenzó el encuentro con un diseño presumiblemente lógico. Poco juego, muchos nervios y el personal atenazado. Defensas temerosas, acumulación de hombres, balones en horizontal, impotencia para romper el muro contrario y continuas pérdidas. El terreno de juego, de por sí pequeño, pareció encogerse más. Era difícil encontrar un espacio libre de más de cinco metros. Ese achique dio una ligera ventaja inicial al Villarreal.

Dentro y fuera, los resultados parecían favorecer al Extremadura, que, peligrosamente, renunció a su habitual agresividad. Optó por contemporizar, arriesgando muy poco.

Duré seguía sin aparecer y Manuel se estrellaba contra las torres rivales. Espósito se esforzó en el centro del campo, pero sólo eso. Tampoco el Villarreal esgrimió una motivación especial. Pero Craioveanu aprovechó el regalo de Belenguer y puso el 0-1.

Tras 15 minutos de descanso, se intuía que el Extremadura recuperaría al menos su imagen de grupo luchador y dinámico, pero no fue así. La disposición del Villarreal clareó espacios, bien aprovechados por Christiansen y Craioveanu. Los hombres de Paquito tranquilizaron su juego, triangularon y buscaron huecos. El tiempo estaba a su favor. El Extremadura continuó temeroso e incapaz de soltar los nervios.

A cinco minutos del final el partido se animó. El Villarreal aumentó su ventaja y despertó al Extremadura. Gabrich marcó entonces su primer gol de la temporada, repitió tres minutos después y abrió una puerta a la esperanza que finalmente se disipó. Extremadura y Villarreal no dijeron adiós a la temporada. Tendrán que jugar la promoción.