Juan de Dios Román dejará la selección después de Sidney
La pasión del balonmano corre desde hace 35 años por las venas de Juan de Dios Román. Como él, los demás entrenadores de países punteros son talluditos. Pero él, que tendrá 57 tras los Juegos de Sidney, asegura que dejará la selección en el 2000. Con el dolor aún candente por haber estado cerca del oro en el Mundial de Egipto, donde España terminó 4ª el martes, Román diseccionó ayer los restos de su equipo.
En el Cairo se apreciaron síntomas claros de tirantez entre Román y el presidente de la Federación Española, Jesús López Ricondo. Pero el seleccionador niega que su decisión vaya por ahí: "El presidente me reafirmó en el cargo antes del Mundial, y se lo agradecí mucho. El mejor servicio que puedo prestar es dejar paso a un entrenador más joven", ratificó ayer, durante el vuelo de regreso a Madrid. Ya lo había insinuado de madrugada en el hotel, mientras los veteranos maestros suecos bailaban abrazados para celebrar su quinto título mundial como si fuera el primero. Tres virtuosos de 35 años (Wislander, Olsson y Lindgren), uno de 34 (Sivertsson), dos de 33 (Thorsson y Andersson) y dos de 30 (los porteros Svensson y Gentzel) son el tronco de un equipo que juega de memoria y suele concentrarse en compañía de esposas e hijos para fomentar la unión. A ellos se une el pequeño y joven Vranjes: desde el lateral izquierdo, dio un pase genial de 15 metros al extremo Thorsson para tumbar a los gigantes rusos en la final. Román considera que "Suecia ha triunfado por su abundancia de recursos en un Mundial de juego poco brillante, debido al cansancio". Y entonces le sale la rabia contenida: "No es justo que los rusos se lleven la plata. Aparte del gravísimo error arbitral que contribuyó a que perdiéramos la semifinal contra ellos en el último segundo, no supimos rematar cuando les teníamos vencidos. Es bien sabido que las piernas pesan más tras una decepción. Por eso perdimos el bronce ante Yugoslavia, además de las genialidades de Jovánovic, cuando debimos sentenciar en la primera parte".
Los dos genios españoles, uno curtido (Duishebáiev) y otro en ciernes (Entrerríos) han quitado muchas horas de sueño a Román por su bajo rendimiento: "Para contrarrestar la mayor corpulencia de los demás favoritos, España cuenta con buenos porteros y defensas, pero los genios deciden partidos. Tras una lesión grave y sus penurias en la Bundesliga alemana, Duishebáiev necesitaba mi ayuda y confianza. Se las di, pero aún le falta mucho para volver a ser él mismo. Entrerríos es el que más ha pagado el cansancio".
He ahí un punto clave: la mayoría de los españoles habían disputado alguna de las cuatro finales europeas de clubes tras una temporada agotadora. Sin embargo, el futuro próximo invita a la esperanza: "Nosotros podemos conseguir el oro, pero sólo si rendimos al 100%. Soy optimista ante el Europeo de Croacia y Sydney porque son fechas favorables para nosotros. Ahora bien, los estamentos del balonmano español deberían tener muy en cuenta que estamos ante un año olímpico al planificar la temporada. Y me temo que no se van a poner de acuerdo. Urdangarín no dice nada nuevo al afirmar que nos falta gestión. Lo vengo advirtiendo desde hace quince años", agrega con una pizca de amargura.
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